Un adolescente de 15 años que vivía en la calle, de familia desestructurada, esquizofrénico y sin ninguna formación educativa. Una víctima propicia para un presunto pederasta, quien lo acogió en su casa de Sueca como si fuera su esclavo y durante dos largos años lo sometió a abusos sexuales, le obligó a prostituirse y le infligió todo tipo de castigos degradantes. Ahora el acusado se enfrenta a una pena de hasta 36 años de cárcel por estos dos años de agresiones y humillaciones, según el escrito de conclusiones provisionales del Ministerio Fiscal.
Tirarle agua hirviendo por fregar mal una olla o colocarle un cuchillo candente en el cuello son algunos de los castigos que la víctima asegura haber sufrido, según la Fiscalía. Además, el acusado presuntamente grababa los abusos sexuales con su teléfono móvil y montó un negocio sexual a costa del menor con anuncios en internet.
Los hechos se remontan a marzo de 2008 cuando el acusado, de 36 años, aprovechándose de la vulnerabilidad del menor, el cual estaba desamparado, le instó a quedarse a vivir con él en su vivienda de Sueca, «con ánimo libidinoso e intención de menoscabar su indemnidad sexual», según la Fiscalía. Pese a la oposición del adolescente, el procesado le obligaba a realizarle felaciones, algunas de las cuales grababa con su teléfono móvil. Asimismo, tan sólo dos meses después de iniciar la convivencia el acusado presuntamente violó analmente a su víctima, quien todavía tenía tan sólo 15 años de edad.
No contento con someterlo a todo tipo de abusos de carácter sexual, el acusado tenía también al adolescente como su criado personal obligándole a limpiar la casa y cocinar. Si no le gustaba como desempeñaba estas tareas domésticas le golpeaba con la mano o con un palo.
El fiscal también considera que desde mediados de 2008 y durante 2009 el acusado obligaba a su «joven esclavo» a mantener relaciones sexuales con adultos a cambio de 60 euros la hora. Dinero que se quedaba éste diciéndole al menor que le tenía que obedecer a cambio de tenerlo alojado en su casa.
Durante días el menor permanecía encerrado en una habitación de la casa y aunque en varias ocasiones intentó escapar, éste volvía a la calle, donde era nuevamente captado por el procesado. Para evitar que volviera a huir le amenazaba con matarle a él y a su familia.
En 2009 se trasladaron a vivir a Carcaixent donde siguió esta situación de sometimiento. Incluso para aumentar su negocio ilícito a costa del menor, el acusado publicó distintos anuncios en internet ofreciendo sus servicios sexuales. «Raúl, español, ..., Carcaixent. Chico aniñado y jovencito dispuesto a satisfacer todas tus fantasías, ven y conócelo», según consta en diligencias policiales. Unos 20 adultos contactaron entre 2009 y 2010, a través de este anuncio, con el acusado para mantener relaciones sexuales con el adolescente. I. Cabanes.
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