La presidenta de la jornada, la concejala María Ángeles García, fue benevolente y concedió una oreja a Tiago Santos, dos a Aitor Darío “El Gallo” y tres a Jorge Expósito que enamoró a la plaza entera.
Ayer era el turno de la Escuela Taurina de Valencia con tres jóvenes que salieron al ruedo con todo su esplendor con erales de la ganadería de Gabriel Rojas y sin picadores. El encargado de inaugurar la tarde fue el portugués Tiago Santos que realizó dos buenas faenas, la primera mejor que la segunda, y dos novillos que con capa y muleta supo hacer un buen trabajo, recibió un silencio, una oreja y el aplauso de toda una plaza en la que no cabía ni un alfiler.
Después le tocó el turno al algemesinense, Jorge Expósito, él estaba en su tierra, en su plaza y los nervios, a buen seguro, a flor de piel. Pero con su actitud desafiante y seguro de sí mismo realizó varios pases de capa como “la verónica” y “la revolera” que dejaron a más de uno con la boca abierta. Unos pases con seguridad y confianza, sin miedo al novillo. Tras el redoble de la banda, le tocó coger la muleta, y ahí sí que ofreció un espectáculo sin igual. “Al natural”, “pases de pecho”… todo perfecto. Sin embargo, su primer novillo le costó matarlo, cuatro intentos, pero aún así la plaza se volcó con él y una lluvia de claveles y una oreja, culminaron su primera. El segundo novillo, revoltoso y bravo, fue todavía mejor. Expósito lo esperó con ganas frente a la salida y de rodillas. Un olé cuando salió el novillo y espectacular inicio. Una faena bien hecha, mejor que la primera, que le hizo obtener dos orejas. Expósito se metió al público en el bolsillo por su elegancia y por su arte torero.
Los dos últimos novillos fueron para Aitor Darío “El Gallo”, dos buenas faenas también, con “verónicas” y “pases de pecho” que no dejaron indiferentes a nadie. A ritmo de pasodoble “El Gallo” se crecía cada vez más demostrándole al novillo que el que manda es él. Sin embargo, al final de la última faena un gran susto invadió la plaza, una cogida a Aitor Darío lo dejó inconsciente en el medio del coso. Afortunadamente no se tuvieron que lamentar males mayores y el joven novillero pudo salir a rematar la faena. Dos orejas para él.
La plaza se rindió a los pies de estos jóvenes que ofrecieron un espectáculo torero de sobresaliente en el que Expósito y Aitor Darío salieron a hombros por la puerta grande, por la puerta de Algemesí.
Paula Pintor
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