Ayer fue enterrado en nuestra ciudad José Luis Alemany, más conocido como “Luis el del bombo”, un hombre que destacó por su bondad, su especial carácter y, sobre todo, como decía él mismo, “el aficionado número 1 de la UD Alzira”. Los que sentimos los colores de la UD siempre le recordaremos con su inseparable bombo animando y avivando al público a que cantara ese “Alsiraaa, Alsiraaa, Alsiraaa…” ronco y desafinado que tenía.
Tuve una buena amistad con Luis; he charlado en muchas ocasiones con él, largo y tendido, como le gustaba; le he llevado en el coche un sinfín de veces, en una ocasión me paró la policía porque iba en el asiento de atrás con el bombo y una bandera de la UD de más de dos metros que sacó por la ventanilla; hemos hecho quinielas a medias; le apreciaba, me estimaba… Muchas veces me dijo “Ramón, eres com un germà” y eso es algo que me llena de orgullo.
Su vida ha estado marcada por una delicada salud, por la suerte, por la mala suerte, por el amor, por el desamor…
En una ocasión el dinero, como veremos más adelante, llamó a su vida y no le cambió. Siguió siendo “Luis el del bombo”, con su enorme corazón, aunque algo delicado, que hacía que se ganara el afecto de todos.
Luis, ahí arriba vas a encontrar a muchos azulgranas, entre ellos a Federiquet, no la lieis, que os conozco. Seguro que en los partidos de la UD los vas a reunir y les vas a hacer gritar al unísono contigo ese “Alsiraaa, Alsiraaa, Alsiraaa…” Con todo mi cariño. Hasta siempre Luis.
Ramón Alfil
El 13 de mayo de 1990 tuve la ocasión de entrevistar en “El Alfil” a Luis. Quiero dejar aquí para el recuerdo la reproducción de aquel encuentro, así como hacer público un detalle que tuvo conmigo. A los pocos días de salir publicada la entrevista, se presentó en mi casa con una bandejita con dos pasteles y me dijo textualmente: “pren, Ramón, este regal es per a tu, perquè vull donar-te les gràcies per l’entrevista que m’has fet”. El obsequio tenía tanta sencillez como altura. Nunca lo olvidaré.
José Luis Alemany, “Luis el del bombo”. Entrevista retrospectiva
Casi todo el mundo le conoce, su popularidad está sobradamente demostrada. Lo habrán visto con su “paraeta” a cuestas, por nuestras calles, vendiendo los más variopintos productos: palomitas de maíz, pipas, frutos secos, juguetes, globos… También, sobre todo los aficionados al fútbol, conocen sus “conciertos de bombo”, vistiendo los colores de la UD Alzira y defendiéndola allá donde va a capa y espada. Es, sobre todo, una buena persona.
Hace unos meses tuvo la fortuna de acertar un pleno al quince en las quinielas (¡no podía ser en otro juego!), lo que le ha supuesto, además de un montón de dinero, seguridad y ¿por qué no decirlo? felicidad.
Cuando se corrió la voz de que la fortuna se había aliado con Luis, es como si a todos nos hubiera tocado un poquito, quizá por el afecto general que se tiene en nuestra ciudad a este hombre.
Me viene a la memoria una anécdota curiosa. Después de acertar el boleto, al siguiente partido que jugó la UD Alzira en su campo, momentos antes del inicio, Luis salió al césped vestido con un traje impecable -principe de Gales-, corbata y tocando ¡cómo no! el bombo desde el centro del campo mientras le aplaudía el público. Había mejorado en su vestimenta, pero su carácter seguía siendo el mismo; el dinero no ha cambiado a Luis, que sigue siendo “el del bombo”. Una realidad que deberían aprende muchos.
- ¿Eres consciente de tu popularidad?
Sí, ya hace tiempo que lo sé, porque allí donde voy todos me conoce como “Luis el del bombo”.
- ¿Desde cuándo con el bombo y por qué?
A los 8 años ya animaba en el fútbol con una guitarra: ¡Alzira!, ¡Alzira! y la gente me escuchaba, aunque a algunos les molestaba. También he ido al fútbol con un timbal y con una trompeta de Falange. Y cuando no tenía nada utilizaba mi voz, ¡Alzira!, ¡Alzira! Con el bombo llevo diez o quince años y seguiré animando al Alzira hasta que me muera.
- ¿Te emociona que el público te aplauda cuando das la vuelta al campo vestido de la Ud y tocando el bombo?
De verdad que sí que me emociona y me pone muy contento. Yo daría dos vueltas, pero es muy pesado.
- ¿La UD Alzira se porta bien contigo?
Nunca me ha pagado nada, sólo me dejan entrar gratis cuando juegan en casa; siempre me he pagado los viajes y cuando me faltaba dinero hacía auto-stop con la bandera y el bombo. A veces, lloviendo, me he esperado más de una hora mojándome hasta que alguien me recogía.
- ¿Recuerdas a algún jugador que haya reconocido tu amor por los colores?
Siempre hay jugadores que son muy serios, pero esto no quiere decir que no me aprecien. Todos me han hecho caso, unos más que otros. Yo nací enfrente del campo de fútbol y desde pequeño lo llevo muy dentro. A todos los jugadores del Alzira les tengo el mismo cariño.
- Luis, yo te he visto enfermo por culpa del fútbol.
Sí, han sido varias veces. La última me dio un infarto que me dejó medio muerto. Creo que han sido tres veces las que han tenido que llevarme al hospital por lo mismo. También recuerdo que me ocurrió en el campo del Pegaso.
- Cuéntame alguna anécdota.
Una vez, cuando me quise dar cuenta, unos aficionados me escondieron el bombo porque les hice la cabeza así de gorda (señalando con las manos exageradamente).
- ¿Te has portado bien con los árbitros?
Me he metido muchas veces con ellos, pero como soy una buena persona he ido al acabar el aprtido a pedirles disculpas por las palabrotas que les haya dicho en un momento de nervios.
- ¿Cuál ha sido tu mayor alegría deportiva?
El año que subimos a Segunda División A. Si un año subiéramos a Primera me volvería loco, pero aunque viva muchos años no creo que vea esto. Pero, la vida da muchas vueltas, e igual un día subimos a Primera. Mira si da vueltas que ¿quién me iba a decir que me iba a tocar la quiniela?
- ¿El mejor recuerdo de tu vida?
El día que me tocaron cuatro millones y medio de pesetas en la quiniela, porque eso me quito la obligación de salir a la calle a vender. Mira, ahora si salgo a vender, bien; y si no, también. Con los intereses que me dan, mi paguita de invalidez y la de mi madre, y con lo que saco de algunos trabajitos que me busco por ahí vivo muy bien.
- ¿El peor recuerdo de tu vida?
La muerte de mi padre, al que le gustaba el fútbol tanto como a mí.
- Recuerdo tu salida al campo cuando te tocó la quiniela, vestido con traje y corbata para la ocasión, pero ¡con el bombo! ¡Como siempre! Dicen que el dinero cambia a las personas. ¿Tú eres el mismo?
Aunque tuviera mil millones de pesetas soy el mismo. Yo saludo a todos, sin distinciones, y no como hacen algunos conmigo, que antes me negaban el saludo, a lo mejor, porque me veían vendiendo pipas, y ahora me sonríen y me dicen ¡adiós Luis! cuando me ven. Ese refrán que dice “tanto tienes, tanto vales” es cierto.
- ¿Qué le pides a Dios?
Estoy algo enfermo de los bronquios, tengo un soplo en el corazón y estoy algo diabético. El médico me dice que no grite en el fútbol y que si me altero podría hasta peligrar mi vida; pero esto es como el que fuma, yo digo que no iré más, pero cuando faltan dos días para el partido, ya no puedo resistirlo, porque el fútbol me encanta y mi UD Alzira ¡que no me la quiten! Cuando me preguntas qué le pido a Dios, no puedo dudarlo: que me dé salud.
Gracias por todo Luis, desde estas páginas te la deseamos de verdad.
Ramón Alfil
Fotos: El Seis Doble.
En la imagen de la galería, Luis celebrando el último ascenso a Segunda B
En la fotografía que acompaña al texto, Luis en una de sus últimas asistencias al “Luis Suñer Picó”.