Alzira revive, como cada Viernes Santo, los últimos días de Jesús en la procesión del Santo Entierro
Los cofrades desfilaron con pasión, respeto, devoción y repicar de tambores… es la Semana Santa
La historia se volvió a repetir como cada Viernes Santo en nuestra ciudad, a partir de las 17:00 horas. Los pasos fueron subiendo hasta la Plaza Santa María y final de la Avenida Luis Suñer, junto al puente de hierro, lugar de reunión habitual, unos acompañados por las bandas de música a los sones de vibrantes pasodobles y, otros a hombros con los sonidos acompasados de los tambores y timbales.
Los cofrades con sus caras descubiertas y figuras deformes escondían bajo las vestas los dulces regalos que minutos más tarde regalarían a conocidos y allegados. La gente iba tomando asiento en la serpenteante silueta de las sillas blancas, otros con sus asientos traídos de sus propias casas en la segunda fila.
La pasión y muerte de Jesús marca el orden de las hermandades: la Hermandad de la Santa Cena fue la primera en desfilar, a continuación el Santo Cáliz, la Oración en el Huerto, el Prendimiento del Señor y Nuestra Señora de la Esperanza, el Cristo en la Columna, la Coronación de Espinas, el Ecce-Homo, Jesús Nazareno y la Virgen del Sufragio que eran acompañados por camareras y una gran cantidad de fieles devotos detrás del paso, la Santa Faz, el Expolio y la Virgen del Perdón y la Crucifixión. Siguió el Cristo de la Agonía, uno de los pasos que su traslado a hombros causa más respeto, con tambores sordos, antorchas encendidas en la oscuridad de la noche, las siete palabras recordándonos la tragedia y doce hermanos en cada turno que fueron alternando todo el trayecto para llevar el paso. Después le siguió María Madre y el ‘Pas del Poble’. La Cofradía del Descendimiento también llevó en volandas a su imagen; los costaleros perfectamente ataviados con blusón negro, faja y guantes blancos, cargaron sobre sus hombros el dolor y la desesperación de María viendo muerto a su hijo. Sin pausa, la Virgen de los Dolores desfiló también a hombros de sus costaleros su pena en la procesión del Santo Entierro, que continuó con la figura solitaria de María Magdalena Camino del Sepulcro del Señor. El final se presentía, tambores y cientos de cofrades acompañaron el Sepulcro, llevado a hombros; a su paso, la gente puesta en pie mostró su respeto al igual que lo hizo con el Cristo en la Agonía. La Virgen de la Soledad, un año más, lloró lágrimas de desesperación en su solitario recorrido. Al final del cortejo, el último paso, la Santa Cruz, con la representación de la Junta de Hermandades y Cofradías; Bernardo J. Borrull Toledo y Rosa Mª Casterá, Clavarios Mayores de Alzira y las autoridades municipales presididas por Diego Gómez, alcalde de Alzira. Cerró la procesión la Banda de la Societat Musical de Alzira.
Fotos: Hayack
o impresas en papel puede dirigirse al autor de las mismas
a través del correo electrónico [email protected]
o al teléfono 677.293.042 (también Watsapp)
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