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Presidente de la Junta de Hermandades de Semana Santa de la diócesis de Valencia. Pertenece a la cofradía del Santísimo Cristo de Alginet. Con su elección, culmina un año en que la población ha sido sede diocesana. La Junta agrupa hermandades de 32 poblaciones.Árbitro de fútbol sala en sus ratos libres, casado con una ortodoxa, el nuevo presidente asume como reto la descentralización en la formación de los cofrades.
¿Por qué optó a presidir la junta de hermandades?
No tenía pensado presentarla pero me animó hasta el presidente saliente. Todo surgió de una especie de broma que salió de la junta local de Alginet, cuando yo les estaba explicando los trámites para presentar la candidatura. Los sondeos que teníamos era que no se presentaba nadie y el cura me dijo que me presentara.
En el siglo XXI, ¿qué significa ser cofrade?
No solo vivimos la pasión y la resurrección del Señor en la Semana Santa, la tenemos que vivir todo el año. Hacemos convivencia durante todo el año, nos ayudamos entre nosotros. Colaboramos en todo aquello que nos pide la parroquia, ayudamos a la asociación de una misionera de Alginet, ayudamos a Cáritas, etc.
¿Y de cara a la sociedad?
De cara a la sociedad no cambia nada. Yo, por ejemplo, trabajo con musulmanes, con ortodoxos y el tema de las creencias lo dejas fuera, no entro en discusiones. Yo, aparte, soy árbitro de fútbol sala y creo que sí que influyen mis creencias o mi forma de pensar, en ser un árbitro más dialogante y menos tarjetero.
La desafección religiosa de la juventud ¿de qué manera afecta a las cofradías?
Afecta porque la gente joven prefiere irse a la montaña o a otros sitios en lugar de quedarse. Pero, por ejemplo, la última cofradía que se ha creado en Alginet la han formado con gente muy jovencita. Existe el desapego pero todo está muy vinculado al trabajo pastoral que hace el párroco, si el párroco se involucra con la juventud la gente va a la iglesia, es el caso de Alginet en estos momentos. La parroquia está llena de gente joven.
Pero en general ¿se produce este cambio generacional?
Pues se ve que en la junta cada vez la gente es más mayor, aunque también hay gente joven. Es un tema que preocupa a las cofradías porque hay poblaciones que este cambio generacional no se da. Pero no hay tanto desapego de los jóvenes como parece.
¿El cambio que ha supuesto el nuevo papa Francisco se nota en la iglesia?
Es pronto, pero creo que se notará. Dentro de la parroquia influye el párroco, igual pasa en las altas instancias. Ese aperturismo beneficia porque se llega más a la gente, aunque de por sí, las cofradías están abiertas siempre.
¿En las cofradías pesa más el hecho religioso o el hecho tradicional?
Lógicamente, somos entidades religiosas, pero prima mucho la tradición y las raíces en el pueblo porque cada Semana Santa tiene su peculiaridad. En el caso de Alginet, nuestra Semana Santa es muy joven pero también estamos creando las nuestras, en el Domingo de Pascua se hace un encuentro y por otra parte, otra peculiaridad es que todas las cofradías nos acompañamos en todos los actos.
Hablando de aperturismo, el hecho de que haya cofradías de mujeres y cofradías de hombres, y que no aceptan cofrades de otro sexo, usted cómo lo ve.
Considero que no se debe cerrar las puertas a nadie, yo prefiero sumar. Hacer una cofradía solo de hombres o solo una de mujeres nos lleva a que si una persona venera una imagen, no pueda entrar porque soy de otro sexoÉ se está restando. Pero cada cofradía hace lo que cree.
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