Ahora que empieza un nuevo curso político esperaba ver a sus alumnos (es decir, a los concejales del MIA) con sus mochilas nuevas, aires renovados y ganas de sacar la máxima puntuación posible (es decir, trabajar en pos de lo mejor para el pueblo).
Pero según observo, esto no es así. Se sigue suspendiendo en lo mismo. Cada cual sigue con sus guerras partidistas intentando imponer su visión, sin importarles nada qué es lo mejor para el pueblo al que dicen representar.
Unos con sus campañas informativas que tienen más que callar que informar, otros continuando navegando con un barco a la deriva, en el que no se sabe si hay capitán sin tropa o tropa sin capitán; y por último, los que ni están ni se les espera, aparecen únicamente para montar el numerito o simplemente se dedican a jugar al móvil en una reunión donde se tratan temas de vital importancia para nuestro municipio.
 Yo, en cambio, empiezo el curso, repitiendo. Ya no voy a estar con mis compañeros del curso pasado (ni falta que hace), pero como he creído entender el concepto de repetir, voy a intentar en este curso ser un alumno más aplicado y no caer en los errores del pasado. Al ser alumno repetidor; he de admitir que varias cosas habré hecho mal y que deberé hacer propósito de enmienda y rectificar. 
Me he dado cuenta, que las guerras partidistas a los únicos que benefician es a 4 “profesionales” de la política, que ganen o pierdan siempre están ahí, al acecho del poder, vendiéndose al mismísimo diablo y conspirando para tratar de sacar provecho de algo.
En cambio los perjudicados son los mismos de siempre, la ciudadanía, que atónita, asiste a un espectáculo dantesco más propio de un teatro que de la corporación municipal que “dice” representar sus intereses.
 Empezaré este curso por intentar resumir cuales son mis posturas en los temas más relevantes que han acontecido en el curso pasado, pero lo haré, hablando claro, con objetividad y acabando con ese lenguaje político que TODOS los que pasamos por aquí, consciente o inconscientemente acabamos utilizando; la DEMAGOGIA.

• DEUDA MUNICIPAL: En contra de la gestión que se ha llevado en los últimos años. Hay que apostar por la racionalización del dinero público y la eficiencia en su gestión. El dinero público no es para pagar favores.
• AUMENTO DE TASAS: En contra del  aumento de tasas que se ha producido, especialmente cuando lo tienen que pagar los ciudadanos. No se puede exigir más esfuerzo en la época en la que nos encontramos.

Hay que cambiar el sistema. El actual hace agua por todos lados.

• EDIFICIO DE CORREOS: En contra. Aunque a nuestro pueblo sí que le costará dinero, la subvención viene de los fondos Ruralter, pero hay que acabar con la creencia que las subvenciones son el milagro, ya que salen de fondos públicos. Es decir, las pagamos todos.
• RECORTES: Sólo hay que quitar aquellos gastos que sean innecesarios y que no afecten a la prestación de servicios básicos. La ciudadanía tiene que saber en qué se gasta su dinero y saber que se gestiona con eficacia y sin derroches, sea la época que sea.
• MUCHAS LEGISLATURAS: Tanto tiempo gobernando o en la oposición lastran la regeneración de la vida pública. Hay que apostar por la limitación de mandatos.