“El crit del Palleter” (1884)
Óleo sobre lienzo, 152 x 202 cm. Valencia. Diputación provincial.
Este cuadro es una obra temprana de Sorolla y fue pintado en el año 1884 para concursar a la pensión de pintura en Roma que otorgaba la Diputación de Valencia. La pintura de historia era la que imponía los criterios académicos de entonces, y Sorolla, aunque pocos años más tarde sería el principal abanderado contra este género, cuando en su juventud llo practicó, rompió los criterios establecidos y empezó a demostrar sus dotes de gran maestro. Respecto a cuadros históricos poco anteriores (como, por ejemplo, el Dos de mayo, actualmente en el museo Balanguer de Villanova i La Geltrú), es posible observar aquí un carácter menos teatral de los personajes.
Por el color blanco se llena de matices en las ropas de los campesinos valencianos y estalla una especie de óvalo que señala el contorno de la mesa dispuesta en torno al Palleter, organizando sus luces y sus sombras.
La escena tuvo carácter obligatorio para todos los concursantes y representa uno de los momentos del grito patriótico de 1808: la arenga lanza por Vicente Domènech, llamado “el Palleter” porque vendía palletes –pajitas para encender fuego-, en los escalones de la Lonja de Valencia a los campesinos que allí andaban comerciando sus productos. El grito supuso el estallido de la rebelión antifrancesa en Valencia.
“Memoria de la Modernidad”
Las joyas del patrimonio artístico de la Diputación de Valencia se exhiben en el Museo Municipal de Alzira, el MUMA. Un centenar de obras de artistas como Sorolla, Pinazo, Benlliure, Carmen Calvo, Miguel Navarro o Equipo Crónica, que dejan constancia de la modernidad de una institución con dos siglos de historia que, entre otros avances, se anticipó a lo que hoy serían las becas Erasmus i concedió a las mujeres artistas el mismo protagonismo que a los hombres.
El proyecto, conocido como “Memoria de la Modernidad”, surge de la obsesión del presidente, Jorge Rodríguez, por dignificar la institución y acercarla a las comarcas. Una buena forma de hacerlo era “compartir el increíble patrimonio artístico que guarda la Diputación en los despachos y almacenes con las valencianas y los valencianos a los cuales pertenecen todos estos tesoros”, ha explicado Rodríguez, quien inauguró recientemente la exposición que convierte a Alzira en la capital cultural de la provincia hasta el mes de marzo.
“Memoria de la Modernidad” ha hecho una parada en la capital de la Ribera Alta después de su primera escala en Requena, donde recibió la visita de más de 7.000 personas; todo un éxito de asistencia en una comarca con 30.000 habitantes. El MUMA acoge esta muestra itinerante con obras como ‘El niño de la bola’ o ‘El Palleter declarando la guerra a Napoleón’, de Sorolla; ‘El Rei Jaume entrega su espada a su hijo’, de Ignacio Pinazo; ‘Escuela de París’, de Equipo Crónica; ‘Escritura’, de Carmen Calvo; o ‘El Tribunal de las Aguas’, de Bernardo Ferrándiz. Precisamente esta última, la impecable representación de la institución de justicia más antigua de Europa, es una de las principales novedades de la exposición en Alzira.
Identidad valenciana i modernidad
Cuadros como el de ‘El Palleter’, ‘El Rei Jaume’ o ‘El tribunal de las Aguas’ refuerzan el concepto de identidad valenciana que da título a uno de los ejes temáticos de la exposición, comisariada por la profesora de la Universidad de Valencia Ester Alba. La universidad ha sido la encargada, con la coordinación de Rafa Gil y su equipo de especialistas en arte, de seleccionar poco más de un centenar de obras entre el abundante y rico patrimonio de la Diputación, respondiendo por una parte a la idea de recorrer la historia de la institución y, por otra, de poner en valor la modernidad que siempre la ha caracterizado. En opinión de Rafa Gil i su equipo, “la exposición pública de este patrimonio ayudará a reescribir a historia del arte valenciano”.