La feliz idea de la Comisión Taurina de Algemesí, que este año ha creado el I Trofeo Naranja de Plata compuesto por tres becerradas y cuyo premio da derecho a participar en una novillada el próximo año, tuvo tan buena acogida como final feliz. La plaza prácticamente se lleno al reclamo de dos chavales que hicieron el paseíllo con toda la ilusión del mundo y una entrega total.
Abrió festejo el alumno de la Escuela Taurina de Albacete Pedro Jesús Merín, que evidenció estar muy toreado y haber adquirido sobrada técnica. Ese oficio le permitió mostrase muy tranquilo y seguro ante la cara de sus antagonistas y de intentar siempre imprimir buen gusto a su quehacer; incluso a veces se le vio demasiado preocupado por la estética. Sin embargo pecó de buscar ciertas ventajas, como abusar de torear con el pico de la muleta o de colocarse muy despegado de la anatomía del astado.
Se sintió especialmente cómodo en la corta distancia ante el primero de la tarde, terreno en el que dio buena cuenta de su valor, y dio muchos pases al segundo de su lote, un animal muy rebrincado al que no consiguió templar. Cortó una oreja a cada antagonista como premio a su buena voluntad y disposición.
Completaba cartel Robert Beltrán, de la Escuela de Valencia, claramente menos puesto pero con una frescura ilusionante. Sin amaneramientos, no parece mirarse en el espejo de nadie, virgen artísticamente hablando. Se parece a sí mismo, con sus lógicas lagunas y con sus esperanzadores sueños de futuro.
Intentó siempre llevar muy enganchados y por abajo a sus novillos.  Leer noticia completa en burladero.es
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