En estas fechas navideñas en el que todos sacamos a pasear nuestros mejores instintos de paz, amor y felicidad, nos cargamos de buenas intenciones que vamos derramando por plazas y calles. Feliz Navidad, Feliz Año Nuevo, cansan hasta la saciedad. Saludamos a personas que muchas veces ni les dirigimos la palabra. Ayuntamientos, parroquias, asociaciones de todo tipo se multiplican con campañas de recogidas de alimentos, juguetes, ropa… Cabe resaltar por mi parte, que para las personas necesitadas todas estas campañas son más que necesarias.
El motivo de esta carta es que compruebo cada vez más la falsedad de mucha gente en algunas de las cosas que he apuntado. Por tal motivo, voy a pedir un último deseo para ver si alguien lo concede, “que Navidad se todo el año” y si no preguntémonos cómo lo hacen esas personas necesitadas. Y a partir del día 7, ¿qué hago?
T.M.