Cohetes de plata contra el granizo en Alginet

Martes, 15 de octubre de 2013 | e6d.es
• De las quince casetas con cohetes que hubo hace años en la actualidad quedan sólo tres

Técnicos en Desactivación de Explosivos (Tédax) de la Guardia Civil todavía actúan de vez en cuando para destruir proyectiles que quedaron abandonados en casetas y fincas agrícolas de lugares apartados y que proceden de cuando se empleaba este tipo de artilugios para tratar de disipar dañinas tormentas de granizo.
En Alginet aún quedan en pie algunas de las 15 casetas que hubo en su término municipal para dicha finalidad. Albergaban los cohetes y demás dispositivos para dispararlos cuando aparecían densas nubes amenazantes.
Álvaro Greus tiene localizadas tres casetas que han resistido el paso del tiempo y siguen en pie porque los dueños de los campos donde están así lo han querido. Entre ellas la de l'Hort del Llenço, que estaba a cargo de su padre, Benjamín Greus, a quien solía acompañar el propio Álvaro en ocasiones porque «aunque yo no tenía por qué ocuparme, le ayudaba para hacérselo más fácil y que se mojara menos, porque había tormentas enormes». En la caseta de l'Hort del Llenço casi todo sigue igual que tres décadas atrás, cuando se dejó de tirar cohetes, aunque los naranjos de alrededor son de otras variedades, porque los que había entonces murieron a causa de la 'tristeza', según explica Juan Sánchez, trabajador de la finca. En la propia caseta, en vez de cohetes se guardan hoy calabazas, terminando de madurar y secándose en la fresca oscuridad de su interior. Sobre la pequeña cúpula aún permanece enhiesto el viejo pararrayos.
Álvaro hace honor al rumor popular que achaca el fin de aquel sistema a la suposición de que deshacía las tormentas de tal modo que acababa ahuyentando la lluvia. Sin embargo, es más probable que se prohibiera este procedimiento de lucha antigranizo por seguridad (había explosivos repartidos a todas horas por muchos términos municipales y sin vigilancia), la falta de evidencias de que fuera realmente efectivo y también por razones medioambientales. De hecho, hoy, para poder esparcir en la atmósfera las llamadas sustancias hielógenas haría falta un permiso especial; si no, sería delito.
Las sustancias hiélogenas son las que tratan de impedir que se formen grandes pedazos de hielo en la atmósfera. La más conocida y usada es el yoduro de plata. En teoría se trata de sembrar muchos millones de partículas cerca del núcleo de nubes tormentosas para provocar la condensación de gran número de gotas de agua y que se precipiten como tal, impidiendo la formación del temido pedrisco, que es el que daña las cosechas y lo que pille. Así que, más que ahuyentar la lluvia, su fundamento es provocarla.
En comarcas de Lleida hay en estos momentos muchas peticiones de recuperar antiguos sistemas de lucha contra el granizo, como el de los cohetes. Posiblemente lo pidan hasta quienes culparon al yoduro de plata de lo contrario. El autor de este texto es Vicente Lladró. Leer noticia completa en lasprovincias.es.