La Ribera es una fábrica de campeones en piragüismo. Prueba de ello  son los tres oros y dos bronces obtenidos por equipos ribereños en el  Campeonato de España de Invierno, celebrado en Sevilla. Y una vez  más, la Penya Piragüista Antella volvió a representar el mito de  David contra Goliat: ¿cómo puede ser que un pueblecito de sólo 1.500  habitantes obtenga tantas medallas y triunfos en la alta competición,  ante equipos con un presupuesto enorme? El ejemplo más palpable actualmente lo encarna Bàrbara Pardo. Sólo  lleva en el piragüismo poco menos de tres años. Ya el curso pasado  fue cuarta en infantil B en K-1 1.000 metros. Y el pasado fin de  semana dio un recital de cómo se compite en fondo. Se impuso sin  contemplaciones en cadete K-1 B en 5.000 metros. Ya había avisado el  día anterior en la clasificatoria de 2.000 metros quedando tercera a  sólo cuatro segundos de la primera. Tenía un as en la manga, y vaya  si lo sacó. Y plantó cara a las de segundo año a pesar de estar mal  situada en la salida. La organización colocó a las cuarenta primeras  de segundo año en la parte izquierda, que es por donde se traza la  ciaboga. Eso significaba que Pardo tuvo que hacer un esfuerzo extra  para cruzarse a la otra parte del río y coger al grupo de cabeza.  Pero lo consiguió. Rodó en un grupo de cinco palistas, que seguía a  una piragüista de Banyoles destacada unos setenta metros. Leer noticia completa en la-vall.es