Dos polítics i un pato, mercat

Jueves, 14 de mayo de 2015 | e6d.es
• Los políticos de Alzira no faltaron a su cita del mercado del miércoles, a pesar de que muchos de ellos tuvieron que preguntar para llegar al lugar

Una gota de limón | El Buen entendedor

Ayer fue un día bastante cachondo. Primero, fui al mercado a comprarme un periquito y una escobilla para el váter y me encontré con todos los políticos de Alzira. Me acercaba a cualquier tenderte, daba igual que fuera el de hierbas medicinales que el de bragas, fajas y sujetadores XXL, allí estaban estas almas políticas de Judas con sus sonrisas y abrazos. Me dolía la caja de la risa al ver tanta falsedad junta rodeados del pueblo llano, casi había más políticos que personal, a pesar de que muchos de ellos tuvieron que preguntar para llegar al lugar. Un amigo guasón me dijo que ayer se tenía que cambiar la frase de "dos dones i un pato, mercat", por la de "dos polítics i un pato, mercat". No le faltaba razón.
Al llegar a casa, exhausto aún de la risa, volví a descojonarme con un comentario en este diario de un tal Pedro en el que sugería que ahora en elecciones, como reto, los candidatos a la alcaldía deberían coger un carrito de bebé o un andador para atravesar la calle San Jaime de nuestra ciudad y "sentir lo que muchos alzireños sienten". Y creo que se referiría a sufrir toda una serie de obstáculos, baches, desniveles, etc. La verdad es que verlos a todos desde el principio hasta el final de la calle con andadores caminando como zombies a paso lento asustando a la gente sería un espectáculo que pasaría a la historia política de Alzira. Si ya hemos salido hasta en el TBO por el monolito de la vergüenza, esta marcha de candidatos a una alcaldía en andador nos iba a consagrar definitivamente.
Pedro, estoy seguro que al emplear el verbo "sentir" te referías a que experimentaran y percibieran lo peligroso que es andar por muchas calles de la localidad. Yo iría un poco más lejos y lo que quisiera que sintieran los responsables del abandono que padece Alzira y de la inaccesibilidad es vergüenza. Ahora bien... ¿cómo van a sentir vergüenza los que políticamente tienen la cara más dura que el hormigón armado? Os observo.