Los acusados del crimen de Alberic que han accedido a declarar ante la juez de Instrucción número 5 de Alzira han admitido que su plan era llevarse la marihuana sin pagar, pero que nunca tuvieron intención de matar a nadie, si bien uno de ellos afirma que el presunto autor del homicidio gritó cuando ya huían: «Le he pinchado, le he pinchado».
Dos de los detenidos habrían explicado en sus comparecencias que habían contactado, a través de un amigo, con unos vendedores de marihuana de Alberic y que habían planeado robarles la droga en la creencia de que «eran unos niñatos».
La tarde en que sucedieron los hechos, los cuatro presuntos implicados „tres de ellos ya detenidos y en prisión, y un cuarto aún en paradero desconocido„ salieron de Valencia en el coche de uno de ellos hacia Alberic. En un principio, según los testigos, se había negociado la compra de una cantidad superior de marihuana, por lo que la transacción debía haberse completado en una gasolinera de Carlet.
Después de varias idas y venidas, compradores y vendedores, afirman unos y otros, se dieron cita en el sector R de Alberic, un espacio bastante deshabitado en las afueras del municipio, lo que garantizaba la discreción suficiente. La intención era que hubiese un primer contacto para que los compradores viesen e incluso probasen la mercancía.
Abortar el plan
Los coches de los dos grupos aparcaron en la misma calle, con unos metros de distancia entre ellos. En un momento determinado, el copiloto del coche de los compradores, Luis R. C., de etnia gitana, descendió y fue a ver a los otros. Entonces se percató de que el conductor era también de la misma etnia que él y de que «no eran unos niñatos» como creían, así que pensó que lo más prudente era abortar el plan, según defendió este imputado durante su confesión.
El investigado, al parecer, ha afirmado que regresó al vehículo y que se cruzó con otro de los imputados, a quien le insistió en que «no son niñatos», haciéndole ver que lo mejor era anular el robo. El comprador siguió su camino y abrió la puerta trasera del automóvil de los vendedores como si fuese a ver la marihuana y, según los testigos, aprovechó ese gesto para coger la bolsa donde estaba la droga y salir corriendo.
A partir de ahí, se sucedieron las carreras. Juan Ramón Gómez, la víctima, salió del puesto del conductor en pos del supuesto ladrón. Lo alcanzó cerca del coche de los compradores. Hubo un forcejeo. Teresa Domínguez. Leer noticia completa en
Levante-EMV. Foto: Familiares y amigos de la víctima el día fatídico, a la puerta del centro de salud. - Foto: Vicent M. Pastor (Levante-EMV).