Son las once y media y la mañana es de lo más agradable a causa del sol, que caldea el ambiente, algo frío. Un vehículo de grandes dimensiones entra en el aparcamiento del campo de golf la Galiana de Carcaixent y estaciona. De él descienden dos hombres y dos mujeres, de nacionalidad inglesa, dispuestos a jugar a este deporte. «Éste es uno de los mejores campos en los que he jugado», comenta uno de los hombres, quien explica que están pasando unas vacaciones en Moraira. Éste es sólo un ejemplo de lo que se está viviendo actualmente en esta instalación deportiva que, recientemente, recibió el certificado GEO que le reconoce internacionalmente como un campo con un compromiso sólido con el medio ambiente y la sostenibilidad. Rafael Martínez, director de la instalación, señaló que es el momento de que el campo sea más conocido entre los valencianos, entre los extranjeros lo está siendo poco a poco, para poder disfrutar de un contacto con la naturaleza en el que el golf es un ingrediente más. Martínez, quien recordó que el campo de golf se inauguró en febrero de 2011, prevé recibir a unas 15.000 personas este año, cifras superiores a las de 2011 (que no llegaron a 10.000) y 2012 (unas 12.000). De éstas, por el momento, la gran mayoría, entre el 80 y el 90%, son extranjeras. En general, se trata de personas aficionadas al golf y que incluso planifican sus vacaciones para disfrutar de este deporte en diversos espacios. Y en eso, el campo de Carcaixent no es uno más.
Pero para que funcione mejor entre el colectivo extranjero, el aeropuerto de Manises se torna en factor clave. Martínez desearía que el de Valencia fuera igual que el de Alicante, con más conexiones y precios más baratos, algo que no depende de ellos sin embargo. El director del campo reconoció que los primeros cuatro o cinco años de funcionamiento, con una media de medio millón de euros anual de gastos, se cerrarán con pérdidas. La inversión efectuada ronda los 15 millones y el capital social es de 20 millones, que están «suscritos totalmente», apuntó Martínez.
Pero confía en que esta situación económica en números rojos vaya variando, tanto por el incremento en el turismo extranjero como en diferentes campañas que harán en la provincia y en toda España para darlo a conocer. Por el momento, algunos colegios, como el British School que se encuentra muy cerca del campo, y el Valencia Club de Fútbol, con quienes tienen firmado un convenio, son dos entes en los que apoyarse para crecer. Martínez aclaró que quieren ser respetuosos con la ciudadanía en estos momentos de crisis y ofrecer su producto a quienes puedan consumirlo: «Pero no es un deporte caro, quien venga aquí a recibir clases lo comprobará. Además, los palos de golf le pueden durar varios años». Leer noticia completa en lasprovincias.es