El 29 de octubre de 2010, el presidente de la Diputación de Valencia, Alfonso Rus, y la alcaldesa de Alzira, Elena Bastidas, fueron los encargados de inaugurar el Salón Noble del ayuntamiento. Lo hicieron acompañados por el delegado del Consell en la comarca, Rafael Soler; de diputados provinciales; de los ex alcaldes de Alzira, Francisco Blasco y Pedro Grande, y de los miembros de la Corporación Municipal, así como de representantes de diferentes asociaciones, entidades y colectivos de la ciudad y de todos los encargados en que esta restauración haya sido efectiva.
Las obras tuvieron un coste aproximado de 500.000 euros, de los cuales la Diputación de Valencia aportó la cantidad de 325.000. En el discurso de inauguración del recinto, entre otras cosas, Elena Bastidas dijo lo siguiente:
“El acto que nos convoca hoy aquí es una acto que nos llena de satisfacción por lo que representa y supone una continuación, en la línea que iniciamos hace unos años desde el mismo momento de asumir la alcaldía, de recuperación de nuestra historia, de nuestro patrimonio, de nuestra seña de identidad. Hoy es un día importante, histórico. Y lo es porque presentamos la rehabilitación integral de esta sala. Un trabajo magnífico, meticuloso y que merece que públicamente agradezcamos el trabajo tanto al concejal de Patrimonio como al equipo dirigido por Liliana Palaia y nuestro arquitecto municipal, Ambrosio Ferrer. Así como a todos los/as trabajadores/as que con tanto cariño y profesionalidad han hecho que hoy podamos disfrutar de este Salón.
Alzira y sus 44.994 habitantes de hoy podemos sentirnos satisfechos y contentos por lo que, a partir de ahora, podremos contemplar. La imagen de este Salón Noble, noble en esencia, noble por lo que representa va a ser, a partir de ahora y más que nunca, un signo de proyección de una ciudad que sin renunciar al pasado, se siente muy orgullosa y quiere ganar su futuro”.
En el discurso de la alcaldesa podemos leer cosas como “recuperación de nuestra historia, de nuestro patrimonio, de nuestra seña de identidad” o “un trabajo magnífico, meticuloso”.
Todas estas palabras estarían muy bien para una efeméride como aquella si no se hubiese pasado por alto un pequeño detalle, pero no por ello carente de importancia. El escudo de la ciudad que preside el Salón Noble del ayuntamiento está invertido en lo que a policromía se refiere; es decir, los colores no se corresponden con la posición en la que están. A pesar de los grandes profesionales, que se supone bien formados, que intervinieron en la restauración de ese Salón, a pesar de todos los políticos que estaban allí… una obra importante con un presupuesto de casi medio millón de euros y en algo tan significativo como el escudo de Alzira… ¡nadie se dio cuenta que los colores del escudo de la ciudad de Alzira estaban invertidos!
El escudo de nuestra ciudad tiene como base cromática la tradicional "Senyera" compuesta por cuatro barras rojas sobre fondo amarillo (y no cinco barras rojas); en concretoestá formado en campo de oro por cuatro palos de gules resaltados con una llave de plata, en faja. Al timbre, una corona real abierta que figura que cuatro barras rojas sobre fondo amarillo. En términos heráldicos el término ‘gules’ (en plural) es la denominación del color rojo vivo. Como podemos ver en las fotografías, el escudo del Salón Noble está formado por cinco palos de gules.
Es preocupante que nadie, aparentemente, se haya dado cuenta de estas cosas desde el primer día en que se inauguró ese espacio hasta la actualidad, al menos no lo han hecho aquellos que deberían haberlo hecho; los responsables de solucionar este tipo de cosas.
No es la primera vez que nuestra ciudad sea noticia por los despistes y también con el escudo de Alzira como protagonista. A ello habría que añadir las faltas de ortografía en carteles y placas de inauguración.
¿Cuánto tiempo continuarán los colores invertidos en el escudo del Salón Noble del ayuntamiento de Alzira?
Hay motivos para discrepar del discurso inaugural de la alcaldesa. A la vista del escudo no se puede considerar que se recupere, ni siquiera se respete, nuestra seña de identidad o que estemos hablando de un trabajo magnífico y meticuloso. Las fotografías no mienten.