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Y es que este juzgado sufre un grave problema de espacio por lo que tanto muchos de los denominados expedientes vivos como bastantes de aquellos que ya están archivados se apilan en el suelo. Su acumulación provoca el peligro de cortar los pasillos como posibles vías de evacuación, apuntan desde el sindicato. Además, genera auténticas montañas de papel, una de las cuales se ha llegado a desmoronar. Los trabajadores se ven obligados a rodear sus mesas y sillas de expedientes que van amontonando en el suelo. Las escasas estanterías existentes no pueden soportar el volumen de papel. La central sindical reclama con urgencia «las estanterías necesarias para solventar esta situación, que conlleva un peligro y que los trabajadores no puedan desarrollar su labor en las condiciones adecuadas».
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