Ramón Jorge Ríos ha roto su silencio. El conductor que acabó con la vida de José Alfredo Dolz tras conducir durante cinco kilómetros en dirección contraria con su coche por la AP-7, admite que desearía haber fallecido él. El kamikaze, que ahora vive en Guadalajara, explicó en declaraciones a El Mundo que su «familia y amigos, la gente que me cree y me apoya, consideran que también tengo que dar mi versión» de lo ocurrido, a pesar de que no quería «generar más daño a la familia de la víctima». Desde que tuvo lugar el fallecimiento de José Alfredo Dolz, asegura que no ha vuelto a conducir porque siente miedo. «Tengo pánico solamente de sentarme, me recuerda al muchacho y a sus familiares». Incluso su empresa decidió darle un puesto «en Madrid, con el que no tengo que coger el coche».
Los familiares de la víctima declinó hacer declaraciones sobre sus palabras. Consideran «que poco se puede decir sobre una opinión personal y subjetiva sobre lo que sucedió».
Dentro de diez días, Jorge Ríos deberá personarse en la cárcel para pasar los más de 12 años que le quedan de pena, ya que sólo llevaba once meses en prisión cuando fue indultado. Pese a la condena, asegura que no es «un kamikaze» y que si pudiera se cambiaría por la víctima. «Tengo presente a ese chico todos los días. No hay cosa que más haya deseado en mi vida que haber sido yo el fallecido», resalta en la entrevista.
Sobre lo sucedido el 1 de diciembre de 2003 indicó que primero estuvo en Sagunto y luego en Paterna, de donde partió en dirección «a mi casa en Almoradí», en Alicante. «El siguiente recuerdo que tengo son luces y un gran dolor, y luego el hospital», describió.
Fue la juez quien le narra, después, lo ocurrido. Le explicó que yendo «por la autovía, primero en la dirección correcta, le di un golpe por detrás a un conductor y que luego alguien me vio parado en el arcén, miró en el espejo y vio que giraba y me incorporaba en sentido contrario».
En el juicio apuntó lo que ahora mantiene, que no sabía lo que hacía porque sufre epilepsia, de la que se sigue tratando. «El doctor dice que conducía de forma automática, que cuando te da un ataque de este tipo, si estás haciendo algo a lo que estás muy habituado sigues haciéndolo inconscientemente».
Por ello, añade que posteriormente busca «un especialista neuronal, porque lo que me había pasado me parecía una locura». Le recomiendan a Antonio Martín, quien le realiza varias pruebas para comprobar que sufre «una epilepsia que no es convulsiva y que en un momento determinado y sin explicación hace que seas capaz de hacer cosas de forma automática. Cuatro especialistas avalan el diagnóstico y tengo un tratamiento de por vida», añadió.
Jorge Ríos se describe a sí mismo como «una persona normal, trabajadora, padre de familia, locamente enamorado de mi mujer, como de mis hijos y, desafortunadamente, un día regreso a casa de trabajar y tengo un accidente del que no recuerdo nada». El autor de este texto es J.M.O. Leer noticia completa y ver hilo de debate en lasprovincias.es.
Seguimiento del caso en El Seis Doble