El pleno de noviembre de 2017 marcará un punto de inflexión en la historia de Algemesí, ya que será la primera vez en la historia democrática de la ciudad en la que no se aprueban los presupuestos municipales para el próximo año. Prorrogar los presupuestos no implica perder oportunidades en inversiones, sino asegurar que estas se van a cumplir y se realizaran por consenso, aunque ello implique un mayor esfuerzo por parte de los funcionarios, que tendrán que preparar los expedientes y los informes necesarios para que se puedan ejecutar las inversiones previstas.
Este mayor esfuerzo viene dado por la ineficacia del actual equipo de gobierno, no porque exista ningún interés partidista ni propósito de dificultar el trabajo del bipartito, tan solo pretendemos asegurarnos que se cumpla lo consensuado, en beneficio de la población, y aprobado en pleno, ya que el bipartito es incapaz de materializar y ejecutar los acuerdos comprometidos.
En este tercer ejercicio, el bipartito que forma el gobierno de Algemesí ha suspendido en gestión y en actitud para llegar al consenso y tener los presupuestos aprobados.  El año  2016 se aprobaron, “in extremis”, en el último minuto debido a la enmienda a la totalidad presentada por el grupo Mes Algemesí, llegando a tener unos presupuestos que no eran los suyos y que no cumplieron, dejando gran parte de las partidas sin ejecutar, es por ello que el grupo que les dio su apoyo para alcanzar la alcaldía y poder gobernar les retiró su confianza.  En el 2017, su segundo presupuesto, fue el Partido Popular el que les concedió un voto de confianza en la aprobación de los presupuestos, dándoles así un balón de oxigeno que les permitiera tener un presupuesto propio que pudieran ejecutar, pero tal ha sido su nefasta gestión que no han sido capaces de ejecutar su propio presupuesto.
La retirada de apoyos viene motivada por la negligencia en la ejecución de acuerdos unánimes. Acuerdos como el fraccionamiento del IBI, la creación de un plan de ocupación con recursos municipales, la posibilidad de subvencionar el autobús al Hospital de la Ribera para nuestros mayores, la información a todos los vecinos sobre las “clausulas suelo”,  el premio a las fallas sostenibles, etc. Todos ellos propuestos por el Partido Popular y no materializados, son claros ejemplos de la ineficacia en la gestión para mejorar la calidad de vida de todos los ciudadanos. A punto de finalizar el año se están adjudicando obras que deberían estar realizadas, algunas ya aprobadas en 2016.
La soberbia mostrada por la alcaldía y las amenazas vertidas a la oposición, aseverando que se actuará en contra del patrimonio propio de los que no acepten la propuesta de resolución del recurso interpuesto al propio ayuntamiento, y la falta de actitud dialogante, les ha llevado a presentar un presupuesto sabiendo que no llegaría a buen puerto.
Partidas indispensables como las destinadas a la creación de empleo se han quedado en gran parte sin ejecutar, no se han realizado programas de fomento de empleo, se han materializado  modificaciones presupuestarias mermando las cantidades destinadas a promoción de comercio e industria, se presentó una enmienda a la plantilla de personal que no quedaba reflejada en las partidas presupuestarias, se incluye un importante incremento en la partida de personal, más de 800.000 euros con la creación de plazas inexistentes, incrementos de complementos y un exagerado aumento de las horas extraordinarias y gratificaciones.
Mientras que, por otra parte, según la asociación estatal de directores y gerentes de servicios sociales, con datos del Ministerio de Hacienda, el Ayuntamiento de Algemesí realiza un gasto social “precario” con una inversión de 30.36 euros por habitante y año.
Sin embargo, no se ha contemplado el incremento de las plazas de Agentes de Desarrollo Local que amplíen la oferta de formación y apoyo al sector de desempleados de la ciudad, descuidando así la alta tasa de paro de la ciudad,  a esto hay que añadir las propuestas surgidas de los presupuestos participativos que han sido desatendidas por completo, como .la construcción del nuevo pabellón deportivo, el mantenimiento de la piscina descubierta, la mejora de los accesos a los colegios y la realización del monumento a los fallecidos en el accidente de Ibiza.
Su responsabilidad es hacer las cosas bien y la obligación del equipo de gobierno es gobernar para todos, alcanzar consensos y gestionar los recursos municipales en pro de la ciudadanía, y no ha sido así, el gobierno municipal no ha cumplido con sus obligaciones y esto ha llevado a la pérdida de confianza en el equipo de gobierno, no solo por parte del Partido Popular, sino por parte incluso del partido que les alzó al poder.