El Gobierno del Partido Popular propina un nuevo golpe a las rentas más débiles con el copago farmacéutico. La derecha de este país intenta convertir la sanidad en un negocio en el que no se atiende a ciudadanos sino a clientes.
Los socialistas alzireños están en contra que el Gobierno del Sr. Rajoy imponga un impuesto a la enfermedad con lo que se pretende recaudar dinero de pacientes, enfermos crónicos, pensionistas y clases medias, con la agravante de que es una medida de ahorro irreal.
La puesta en marcha del copago farmacéutico ha sido en precario; hay una gran incertidumbre en esta medida en pacientes y profesionales sanitarios y tampoco están claros los reembolsos cuando se superen los límites aplicados en la ley.
Para el Gobierno de Rajoy, los argumentos del copago y del ‘medicamentazo’ se basan en que el sistema de salud es caro e insostenible; mienten. España cuenta con uno de los sistemas más baratos, según los informes de la OCDE, y nuestro gasto sanitario en función del PIB es más bajo que la media de muchos países de nuestro entorno.
La reforma sanitaria que está llevando a cabo el Partido Popular desmantela el Sistema Nacional de Salud y rompe con el principio de igualdad garantizado por la Constitución Española y por nuestro estatuto de Autonomía.
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