Hasta hace apenas unos días, en un jornada normal en Antella sonaban hasta 396 campanadas, sin que el «concierto» se detuviese en horas de supuesto descanso vecinal, caso del mediodía o de la noche. En días de misas o fiestas religiosas, el número se multiplica. El malestar ciudadano (que se ha traducido en quejas en el ayuntamiento) ha provocado que el sacerdote acepte reprogramar el mecanismo para que se reduzcan los avisos horarios, aunque esta semana revolotearon con fuerza las campanas anunciando el traslado de imágenes a las doce de la noche.
Las campanas suenan cada cuarto de hora, media hora, tres cuartos y cada hora con uno, dos, tres y cuatro toques, respectivamente, además de avisarse por las respectivas horas, con un repique más fuerte. Por duplicado, pues un par de minutos después de las horas puntas, se repite tanto el aviso como la señal horaria. Es decir, a las doce de la noche, hasta hace unos días, sonaban los cuatro toques del aviso más las doce respectivas campanas. A las doce y dos minutos se repetía la misma secuencia. Leer noticia completa en levante-emv.com. Foto: comunitatvalenciana.com.