El vecino de Benifaió Álvaro Martínez finaliza el gran mosaico sobre la Procesión del Fuego
Miércoles, 12 de agosto de 2015 | e6d.es
• La obra ha sido bendecida por el cura párroco y a partir de hoy podrá ser visitada en la iglesia parroquial
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El vecino de Benifaió Álvaro Martínez ha finalizado ya su segunda gran obra dedicada a las fiestas locales. Si hace dos años fue noticia por confeccionar a través de más de 1.500 pequeñas piezas la fiesta grande de Algemesí con la Muixeranga como protagonista ahora le ha tocado el turno a las fiestas de su pueblo, Benifaió. La tradicional y participativa procesión del fuego en honor a la Divina Aurora, que cada noche del 20 de agosto recorre las calles de Benifaió, tiene ya su cartel artesanal a través de las manos de este artista autodidacta. La alcaldesa Marta Ortiz, miembros de la corporación municipal y familiares del artista han estado presente en la bendición de la obra a cargo del cura párroco de la localidad Félix Duart. El mosaico será trasladado hoy a la iglesia parroquial donde permanecerá expuesto durante un tiempo para que todos los vecinos puedan contemplar el gran trabajo llevado a cabo por su autor. “Más de 2.000 piezas y año y medio de trabajo para poder tener por fin este mosaico” destacaba Álvaro en su propio taller en el mes de junio cuando estaba, por entonces, ultimando su obra. Comentaba entonces que decidió realizar este homenaje a una de las procesiones más emblemáticas de Benifaió “ya que hace unos años celebré junto a mis amigos nuestro 50 aniversario como clavarios de la divina aurora y que mejor que dedicar el retablo a esta fiesta en al que han participado miles de jóvenes de Benifaió durante décadas”. La obra sobre esta fiesta de Benifaió está compuesta por miles de diminutas piezas, las más grandes no superan los 5 centímetros que se posicionan a lo largo del 1,70 metros de altura y el 1,20 metros de anchura que mide al completo la obra. El conjunto refleja el protagonismo de la pólvora y el fuego en la entrada de la imagen de la Divina Aurora a la Plaza Mayor respaldada por sus clavarios. Un momento culminante en las fiestas patronales del municipio ante la presencia de numerosos vecinos. Al preguntarle por el valor de sus obras manifiesta sin duda alguna:“Yo no las vendo ni las regalo. Tienen un valor sentimental incalculable por eso las guardo por casa y pasaran a mis hijos”.