Más de 400 participantes entre “moixiganguers”, “castellers” y “muixeranguers” se dieron cita ayer en la XV edición de la Trobada de Muixerangues d’Algemesí que tuvo lugar en la plaza Mayor.
En esta edición, que conmemoraba el quince aniversario de estos encuentros, fueron dos las “collas” invitadas, Castellers de Lleida y la Moixiganga de Igualada, que se unieron a la Muixeranga d’Algemesí y la Nova Muixeranga d’Algemesí para mostrar sus espectaculares torres humanas ante el numeroso público congregado. Las “collas” se turnaron para construir sus torres, de hasta 6 niveles, al son de la música de los dolçainers y tabaleters de la Escola Municipal de Tabalet i Dolçaina d'Algemesí, a la que acompañaron también varias “collas” de dolçainers y tabaleters llegadas con los castellers de Lleida y moixiganguers de Igualada. Respecto a los grupos invitados, los Castellers de Lleida, invitado por parte de la Muixeranga de Algemesí, nace el 16 de marzo de 1995. Actualmente cuenta con 450 miembros procedentes mayoritariamente de Lleida y pueblos cercanos. La ciudad de Lleida no había tenido nunca una “colla castellera” hasta 1995, a pesar de que su historia cuenta con una de las actuaciones más antiguas del baile de valencianos (considerado un precedente de los castells). En 1762 una agrupación procedente de tierras valencianas ofreció sus danzas y torres, concretamente en el acto de colocación la de la primera piedra de la catedral nueva y fruto del impacto de aquella exhibición, se formó lo que hoy se conoce como Els Castellers de Lleida.
Por su parte, la Moixiganga de Igualada, grupo invitado por parte de la Nueva Muixernaga de Algemesí, no se sabe exactamente cuando surge; el primer documento escrito en el que se hace referencia a esta “colla” data de 13 de abril de 1828. Aquel día, debido a la estancia en la ciudad del rey Ferran VII y su esposa Amalia de Saxonia, se produjo la primera actuación de la Moixiganga. La Moixiganga esta formada por una cincuentena de componentes llamados “moixiganguers” o “moixigangueros” que no sólo construyen torres sino que además forma figuras humanas (coloquialmente denominados misterios) que representan los diferentes pasos de la pasión de Cristo, con un claro componente religioso.