Hace ya varias semanas, en determinados días, que el agua del grifo huele a lejía. Entiendo que la van vertiendo por la tarde-noche, ya que al acostarse y levantarse se nota una intensidad notable. Claramente no me preocupa el cepillado de dientes ni el efecto sobre el cutis que el hipoclorito de sodio puede tener, sino los efectos de la ingestión, ya que la mayoría de persona utiliza el agua del grifo para cocinar.
Todos confiamos que los técnicos del Ayuntamiento estén pendientes de las operaciones que realizan en la depuradora del pueblo.
Andrea
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