A la Generalitat no le habrá cogido por sorpresa la acumulación de casos de contaminación en la red de agua potable de la Ribera aparecidos en poco más de medio año y que han afectado ya a cuatro municipios de la comarca -Alzira, Carcaixent, Llaurí y esta misma semana Corbera- que suman 70.000 habitantes.
La Confederación Hidrográfica del Xúquer (CHJ) ya advertía en diferentes informes desde hace prácticamente una década de la situación de deterioro en la que se encuentra el acuífero de la plana sur de Valencia, del que se abastece la comarca de la Ribera.
En 2001, el Ministerio de Medio Ambiente, del que depende la Confederación Hidrográfica del Xúquer, ya analizaba en un estudio la contaminación por nitratos y los técnicos señalaban a la franja costera donde las masas de agua subterránea están sujetas a un alto nivel de explotación y reciben retornos de riego con altas concentraciones de nitratos. En documentos posteriores, la advertencia se ha repetido. Así desde mediados de la pasada década los informes sobre el uso sostenible de las masas de agua subterránea en el sistema de explotación del Xúquer en situaciones de sequía advierten de que en la zona "se da una intensa actividad agrícola, con cultivos citrícolas y hortícolas fundamentalmente, un panorama que implica fuertes índices de contaminación, que se reflejan en el alto contenido en nitratos de las aguas subterráneas".
Pese a que en marzo de 2013 aún no existe una solución global al problema de la mala calidad del agua potable en la Ribera, un documento remitido desde la CHJ a Bruselas en 2005 sobre la situación de los acuíferos advertía de la necesidad de extremar los controles sobre el acuífero del que se nutren los pozos existentes en la Ribera y otras comarcas. Carlos Alós.
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