La família que posee el eccehomo pintado en Turís por Elías García subastará el cuadro

Lo que en un primer momento fue el episodio de una señora que con tanta buena fe como con poco acierto intentó «restaurar» un fresco de un eccehomo pintado en la iglesia de Borja, se ha convertido en una historia de inimaginables e incalculables consecuencias. Una de ellas ha sido lanzar al mundo de la fama a Cecilia Giménez, la octogenaria autora del empastre que vivía tranquilamente en su pueblo aragonés hasta que saltó la noticia y se vio asediada por las cámaras de la televisión mundial e internacional. Otra ha sido situar en el mapa al propio municipio de Zaragoza, campañas de marketing tan eficaces se ven pocas. Desde entonces son miles los turistas que se han acercado para fotografiarse con el famoso Cristo y dejarse algo de dinero en el pueblo, que nunca viene mal. Aunque, quizás, el efecto más reseñable de toda la historia haya sido sacar del anonimato a Elías García (1858-1934), un pintor valenciano cuyas obras permanecían en la sombra hasta este mes de agosto, más allá de alguna exposición en Requena, su localidad natal en la que tiene hasta una calle dedicada.
Ahora algunos intentan aprovechar el tirón de la noticia para sacar a la venta obras del artista requenense que tenían guardadas durante años en casa y de los que se hicieron dueños por herencia. Es el caso de la familia valenciana que a lo largo de tres décadas guardó en el trastero de su casa un eccehomo similar al de Borja y firmado por el mismo autor.
Tal y como publicaba LAS PROVINCIAS la semana pasada, los propietarios se enteraron por televisión de que podrían ser dueños de una pieza de Elías García que habría llegado a ellos por el regalo de una tía de Turís, población que frecuentaba el pintor. Pronto comprobaron que se trataba de una de sus obras, pintada con pocos días de diferencia respecto al eccehomo de Borja, en 1930. Su aspecto era muy parecido al del famoso fresco zaragozano y pudo ser pintado durante unas vacaciones del pintor en Turís.
Apenas siete días después de aquel hallazgo, los propietarios han decidido poner a la venta el cuadro «sin tener ni idea del valor que puede tener», comentan y añaden: «No lo hemos llevado a tasar, estamos perdidos, lo daremos al mejor postor».
Los dueños del cuadro confiesan que desde el principio han tenido la pieza en el trastero porque no les gustaba. Al darse cuenta de la repercusión que ha tenido la noticia han decidido ponerlo en venta y «sacar un dinero que no viene mal en los tiempos que estamos», apuntan. Quieren venderlo antes de que se pase la fiebre por la pintura de Elías García.
La única vez que han intentado desprenderse del cuadro fue la semana pasada cuando lo ofrecieron al Centro de Estudios Borjanos. «Nos dijeron que no nos darían nada a cambio, las gracias en todo caso», comentan los propietarios del gemelo del eccehomo aragonés. En ese momento concluyeron quedárselo. «Antes nos lo colgamos en casa que lo damos gratis», señalan.  Leer noticia completa en Las Provincias