La Generalitat organitza el desplegament de voluntariat per a les zones afectades per la DANA

Comentaris

• ver, oir y hablar - 2/11/2024

  Es maravillosa la movilización de gente dispuesta a ayudar, pero quisiera hablar de los otros comportamientos individuales o corporativos instalados en su maravilloso ombligo y que se olvidan de las personas de los que he sido testigo en Alzira.
  El martes 29 a las 20:00 en Alzira pasaba por delante de mi casa un repartidor de comida a domicilio en moto de alguna empresa situada en la zona de Carrefour: parece que alguien tenía tal estado de necesidad que no podía pasar sin esa entrega, que no se movió para ir a buscarla y que no le importó que otro se jugara el tipo para satisfacer su capricho; también la empresa que en esas condiciones aceptaba pedidos para servir a domicilio y que además mantenía su actividad en lugar de cerrar y enviar a casa a los trabajadores. Las empresas se pasan por el forro los avisos de emergencias con la excusa de que son "exageraciones", en estas situaciones se ve la realidad de la "responsabilidad social corporativa" y del cuidado del principal activo que son las personas. Lo demás es palabrería hueca y grandilocuencia de cara a la galería. Obras son amores.
  El miércoles día 30 había gran cantidad de curiosos grabando las idas y venidas de los helicópteros como si fuese un carnaval aéreo, sin ser conscientes de que son personas que se están jugando la vida por otros y que cada ida y venida va cargada de dolor, angustia, sufrimiento y algún fallecido.
  El jueves día 31 había personas que se quejaban de que en Alzira no se hubieran abierto los colegios ya que "no había pasado nada", y "ya ve, tengo que aguantar a los hijos en casa dando por saco". Los hijos (o nietos) son obligación de otros; y los niños, profesores y trabajadores de otras poblaciones que tienen que desplazarse para venir no importan.
  Por último las colas que se han formado en las tiendas de alimentación de barrio (panaderías, fruterías, carnicería, pescadería,...) debido a la falta de productos de los supermercados. Colas formadas por personas que raramente compran en esas tiendas, a las que ignoran y de las que cada vez van quedando menos precisamente por eso, pero a las que recurren como salvavidas para que las atiendan en situaciones de crisis. ¿Alguien volverá a esas tiendas dentro de unos días?. La alimentación tradicional, la vida de barrio, la salvamos los ciudadanos con nuestro día a día, no con ferias de fin de semana una vez al año.
  Para pensar.