El equipo sanitario continuó su atención sanitaria en Portoviejo, finalizó el censo que el Ministerio de Salud le encargó del albergue de la Iglesia Pío Noveno, preparó el material sanitario donado y repartió agua
potable de la planta, informando a los vecinos de su ubicación para que pudieran ir cuando lo necesitasen.
El equipo sanitario regresó a la Iglesia Pío Noveno de Portoviejo para continuar la asistencia sanitaria a los damnificados de esa zona y terminar el censo de personas que actualmente allí se encuentran. La confección del censo ha durado dos días debido al número de de acogidos, en total 276. El censo servirá para detectar las distintas necesidades que tiene esta población y saber las patologías predominantes en ella, de modo que se pueda optimizar al máximo las acciones de ayuda humanitaria sobre el terreno. Toda la información recogida se le ha entregado al Ministerio de la Salud, responsable de la gestión de recursos sanitarios.
En los cuatro días en los que se ha realizado una atención sanitaria exhaustiva no se han detectado casos graves de enfermedades, a excepción de algunos casos de niños con deshidratación severa. Los casos más frecuentes han consistido en dolores de estómago, diarrea leve, malestar general, dolor de garganta y resfriados. También se ha efectuado el control de enfermos crónicos de hipertensión y diabetes.
También se completó la preparación del equipo y material sanitario que la ONG IAE decidió donar al Ministerio de la Salud en el día de ayer. Kit traumatológico y tres cajas de material aportado por la ONG IAE y una caja aportada por la ONG PUI ayudarán a los profesionales de la sanidad que trabajan en la zona a dar una mejor y más prolongada atención a los pacientes.
Nuestro equipo sanitario ha detectado una importante necesidad de ayuda psicológica debido a la experiencia vivida con el terremoto, donde el miedo a la repetición del seísmo y la pérdida de vivienda y objetos personales afectan mucho a los damnificados. El equipo sanitario también ha trabajado este importante aspecto de la asistencia, apoyados por psicólogos que también han estado presentes en algunos
casos.
El resto del equipo de intervención realizó el reparto de agua procedente de nuestra potabilizadora, dividido en tres grupos diferentes sobre tres vehículos equipados con depósitos de 500, 1.500 y 2.500 litros. Además de la distribución de agua a núcleos de población alejados del emplazamiento de la planta, se les informaba del mismo para que en el futuro pudieran ir a por agua siempre que la necesitaran.
Nuestros voluntarios pudieron constatar la afección del terremoto sobre las viviendas de la zona.
Nuestros voluntarios también visitaron la zona de San Clemente para la evaluación de posibles emplazamientos de una nueva planta potabilizadora, otra zona carente de agua potable en la que sería muy importante que dispusieran de ella. Cualquier suministro en estas zonas rurales es escaso. Como consecuencia del terremoto, el abastecimiento eléctrico se ha visto interrumpido y aún no ha podido ser
restablecido, por lo que los motores que realizan la extracción del agua de los pozos de la zona no funcionan. Por ello, los habitantes de estas poblaciones han recibido con muestras de cariño a los voluntrios y les han agradecido el trabajo realizado.
Dpto. de Comunicación ONGD IAE
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