La tasa de residuos urbanos sube un 30 % en Alzira. ¡Olé mi pueblo!
Miércoles, 18 de julio de 2018 | e6d.es
• “Mientras seguimos con un tripartito entre flores fandanguillos y alegrías y una oposición que no existe”
Desde hace años soy un asiduo lector y colaborador de este diario, entro casi todos los días. Me hace gracia siempre ver como los políticos utilizan sus notas de prensa para alardear de lo que es su trabajo y obligación. No hay ninguna profesión que haga público hasta el más mínimo detalle como si de una heroicidad se tratara cualquier cuestión cotidiana.
Otra cosa que me hace gracia (por no ponerme a llorar) es cuando leo que congelan o bajan impuestos. Si tuvieran música esas notas de prensa sonarían clarines celestiales acompañados de ángeles con arpas. Sin embargo, si un impuesto sube su precio, la respuesta es la callada. El año pasado pagué por la denominada “Tasa de residuos urbanos” un total de 54 euros en dos plazos (redondeo la cifra y omito decimales). Este año pago 70 euros por lo mismo. Si no me equivoco, la subida es del 30%. ¿Alguien ha visto por aquí una nota de prensa en la que se detalle el porqué de esta subida? Si pagamos un 30% más que el año pasado supongo que será por algunos motivos concretos. ¿Por qué no lo tiene que saber la ciudadanía?
La “transparencia” es una palabreja que cuando la utilizan los políticos empiezan a ponerse en acción unas glándulas en la boca que les hace ensalivar y hasta llegan a babear como un San Bernardo de 90 kilos.
Transparencia, entre otras cosas, es hacer pública y accesible toda aquella información que concierne interés a la opinión pública. Y, sin duda alguna, interés tiene que sepamos porque nos suben un impuesto un 30 %.
Cuando limpian unas hojitas que ha arrinconado el viento, ponen florecitas al lado de un pipicán o pintan unos columpios sí que son transparentes; pero a la hora de detallarnos porque nos endiñan un 30 % en una tasa se ponen a silbar y a mirar hacia otro lado para disimular. Ser ciudadano en Alzira es una condena que sufrimos por culpa de un tripartito entre flores fandanguillos y alegrías y una oposición que no existe. ¡Olé mi pueblo, más bonito que los nardos y las rosas! Os observo.
Nota: el autor de este artículo ha preferido ocultar públicamente su identidad. Como sí se ha identificado ante nuestra redacción y el texto guarda las formas y corrección requeridas, lo publicamos y respetamos su libertad de expresión.