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La XIV Volta en Carro ya rueda por los pueblos de la Ribera. Más de un centenar de aficionados iniciaron ayer en Alberic una marcha que se prolongará, si nada lo impide, hasta el próximo sábado, cuando tiene previsto llegar a Quatretonda (Vall d'Albaida), y en la que se recorrerán unos 300 kilómetros tal como se hacia antaño: «a carro i haca» y durmiendo al raso.
El artífice de esta pintoresca vuelta que transcurre por carreteras secundarias y vías agropecuarias, principalmente, es el alberiquense Vicente Escribá, «Pantalons», quien presume de que la edición del 2014 «es de récord» en cuanto al número de participantes. Esta vez hay presentes 27 carruajes y galeras. Los inscritos proceden de diversas poblaciones valencianas, como Alberic, Alfauir, Picassent o Gandia. Éstos últimos salieron de la capital de la Safor hace ya tres días. También los hay venidos de Barcelona, «pero eso no es nada», dice Vicente, «yo he llegado a ir de Pamplona a Alberic en carro».
Este año sólo les falta un clásico, el tío Vicent Savall, de Callosa d'en Sarrià, dueño del carruaje más antiguo que suele participar en la Volta data de los años 30 y quien por un pequeño incidente con sus mulas no estará presente «aunque ya nos ha prometido que el verano que viene estará como un clavo».
Y es que este recorrido alcanza un alto grado de fidelidad entre quienes lo protagonizan. Familias enteras, desde niños hasta ancianos, se lo toman como unas vacaciones. «El que lo prueba no se lo deja», cuenta Juan, de Carcaixent, quien confiesa que le operan dentro de unos días, pero pese a ello no ha querido perderse lo que para él es el acontecimiento del año. «Hay quien prefiere irse a un hotel de 5 estrellas y el nuestro es de mil, las que hay en el cielo», bromea. Leer noticia completa en
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