MOMENTOS CALIENTES DEL PLENO
En la sesión ordinaria del Pleno del Ayuntamiento de Alzira celebrada anteayer, en el punto que trataba la dación de cuenta del Decreto de Alcaldía número 243, de 9 de febrero de 2015, por el que se aprueba la liquidación del presupuesto general del ejercicio 2014, la portavoz socialista Isabel Aguilar discrepó del "éxito económico" en la gestión del Consistorio, a lo que el concejal de Economía y Hacienda Enrique Lahuerta contestó que el PSOE hace una política "en base a mentiras" y señaló que Aguilar "tiene la enfermedad del odio, y esa enfermedad no se cura. Se cura el cáncer, se cura el ébola, pero la enfermedad del odio y de los celos no se cura con ninguna medicación".
Intervención de Enrique Lahuerta
Ya es habitual que en cada sesión parlamentaria, plenaria o en los medios de comunicación los políticos se insulten y descalifiquen. Curioso es que en este "circo", entre navajazo y navajazo verbal, formen parte de los discursos las muletillas de cortesía de manera repetitiva, "muchas gracias, señoría", "muchas gracias, señor/a presidente/a", "con su permiso", etc., para, de manera inmediata, seguir con la estrategia de derribar al adversario con una técnica que dominan a la perfección: el insulto y el menosprecio.
Da la impresión que los políticos que nos han tocado en suerte, o en mala suerte, no entienden su función. En un Pleno, su misión es deliberar por asuntos que repercuten en el interés general, en el de los ciudadanos a los que representan y no la de ejercer un chabacano afán de protagonismo y puesta en escena de sus propias guerras.
La actitud de Enrique Lahuerta fue de gallo de pelea televisiva e irresponsable. Ni la presidenta, ni sus compañeros, ni siquiera los miembros de la oposición le invitaron a que rectificara. Aquí vale todo. Están ahí para representar a los ciudadanos, a unos ciudadanos a los que se les está acabando la paciencia. Hay que poner cuidado, los de un bando y los del otro. No avanzamos.
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