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El agricultor de la Ribera mira al cielo con temor. Las anheladas lluvias que debían paliar la sequía han llegado en septiembre, pero acompañadas de granizo. Del mismo modo que se despidieron en primavera, y han dejado una profunda huella en forma de pérdidas millonarias que golpearán la economía de la comarca. Algunos municipios se despertaron el viernes de nuevo con lluvia, sólo precipitaciones de agua, toda una novedad después de cinco tormentas consecutivas con granizo en una misma campaña que han arruinado cosechas enteras. De ellas, cuatro, han salpicado el término municipal de Alberic y prácticamente todas las partidas están afectadas en mayor o menor medida. No es el único municipio en esta situación. También el de la Pobla Llarga, que ha sufrido el granizo en dos ocasiones. La preocupación por los efectos del granizo va más allá de las pérdidas de los productores, que los sindicatos han cuantificado en varias decenas de millones, pero no son los únicos afectados. El Ayuntamiento de Villanueva de Castellón anunció tras la tromba que el domingo castigó a casi la mitad de su término su intención de reclamar ayudas para paliar la pérdida de jornales derivada de una merma importante de cosecha. A menos materia prima, menos trabajo para «collidors» y personal de almacenes. También el secretario comarcal de la Unió, José Carlos Martínez, ha expresado su preocupación por esta falta de trabajo que dejará a muchas familias sin apenas ingresos.
«En la Ribera, donde predomina el minifundio, muchas familias complementan su economía con los jornales de ir a coger naranja o del almacén y el agricultor se va a ver muy afectado», alertó. Cabe recordar que también Comisiones Obreras reclamó tras la tercera tromba de pedrisco registrada el 7 de septiembre que las Administraciones arbitren planes de empleo extraordinarios para paliar esta pérdida de jornales en los municipios afectados.
Por otra parte, esta sucesión de granizadas se produce en un momento en que la contratación del seguro agrario por parte de los agricultores va a la baja. Cabe recordar que tras la tormenta registrada el 24 de junio, la segunda de la serie, el secretario autonómico de Agricultura, Alfredo González, reconocía en Carlet que la mitad de la producción agrícola carecía en ese momento de seguro que cubriera los daños de una meteorología adversa. El secretario comarcal de la Unió, por su parte, ha incidido esta semana en que las tormentas de granizo han cogido a muchos agricultores sin seguro. José Carlos Martínez detalló que, por una parte, se han reducido las subvenciones estatal y autonómica para la contratación de seguros agrarios, por lo que resulta más caro, y que, en el caso de la naranja, las peritaciones suelen generar una gran decepción en el agricultor que provoca que decida no renovar la póliza. El dirigente de la Unió señaló que en el caso del caqui la peritación es más sencilla por el tipo de fruta, ya que un único impacto deja a la fruta sin valor comercial, aunque alertó de que también por eso el seguro es más caro y los agricultores no aseguran el 100 % de la cosecha. «En el caso de la naranja, muchos agricultores se van a quedar mirándose las manos por no haber asegurado por desconfianza», incidió.
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