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La falta de vocaciones provocará que también los franciscanos abandonen Carcaixent, donde esta comunidad religiosa estaba arraigada desde hace más de 400 años. La junta de gobierno ha ejecutado la propuesta que en abril elevó el Capítulo Provincial y ha acordado el cierre tanto del convento de Carcaixent como del de Sant Llorenç en Valencia. La comunidad que reside en el colegio de San Antonio de Padua estaba formada desde hace algunos años por sólo cuatro frailes, tres de los cuales están jubilados, que ahora se repartirán por diferentes conventos, según explicó ayer el actual Ministro Provincial de los franciscanos y, hasta ahora, responsable de la pastoral de los colegios, Juan Carlos Moya, que advirtió, no obstante, de que "la comunidad se va, pero los frailes continuaremos viviendo por aquí" y mantendrán tanto la titularidad del colegio como de la iglesia de San Francisco, que estaba vinculada al convento original. Ésta es la cuarta comunidad religiosa que abandona Carcaixent en poco más de cinco años tras la marcha primero de las monjas que trabajaban en la residencia de Sant Blai, de las Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paul y de las monjas dominicas que ocupaban el convento del Corpus Christi.
Juan Carlos Moya enmarcó el cierre del convento en un proceso de reestructuración de las comunidades franciscanas de toda España como consecuencia de la falta de vocaciones y la avanzada edad de muchos de los frailes. "Estamos en un proceso de unificación -de seis provincias franciscanas del centro, sur y este de España saldrá una a partir del 1 de enero de 2015- y eso supone reducir comunidades en todas las provincias", explicó.
Aunque la marcha de los cuatro frailes no se hará efectiva hasta el mes de septiembre, la comunidad ha programado para el próximo 28 de julio una misa de acción de gracias en la iglesia de San Francisco, en la que se despedirán de un municipio que recibió a los franciscanos por primera vez a principios del siglo XVII.
Sobre los motivos por lo que el Capítulo Provincial decidió el cierre del convento de Carcaixent, Moya explicó entre las razones que se barajaron que ya era una comunidad muy reudida en que sólo uno de los frailes estaba dando clase, que el volumen de trabajo en la iglesia de San Francisco y en la capilla de las monjas de María Inmaculada, que también atienden, no era excesivamente grande y que, dada la proximidad a Valencia, se podrían realizar los desplazamientos tanto para impartir doncencia como para atender la iglesia. Juan Carlos Moya comentó que se seguirá oficiando misa los domingos mientras que la orden fraciscana seglar también mantendrá alguna actividad entre semana.
Las raíces de los francisanos en Carcaixent se remontan a principios del siglo XVII, cuando San Juan de Ribera autorizó la apertura de un convento que fue inaugurado en 1608. P.F.
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