La pretensión del Consell de alcanzar un pacto entre los regantes y los 13 ayuntamientos con problemas de nitratos para crear una comunidad de usuarios en la que se intercambien los caudales del Xúquer asignados a los regadíos por el agua de los pozos de las ciudades saltó ayer por los aires.
Los regantes de la Ribera Baixa, las comunidades de Sueca, Cullera y Cuatro Pueblos, que integra a los municipios de Corbera, Fortaleny, Polinyà y Riola, rechazaron ayer el plan de la Generalitat que el secretario autonómico de Agua, Joaquín Vañó, anunció el martes.
Los usuarios de estos seis municipios no tienen ninguna intención de apoyar el intercambio de agua de riego para el consumo humano que promueve el Consell.
Y salvo que les obliguen -el abastecimiento humano tiene preferencia sobre el regadío según el plan hidrológico en vigor- los usuarios tradicionales no ven con buenos ojos la cesión del agua que usan para el riego. "Es el momento de que los ayuntamientos de la Ribera reclamen la concesión de aguas; es justo ahora cuando tienen que hacerlo porque está en tramitación el plan hidrológico de cuenca", alentó el presidente de los regantes de Sueca, José Pascual Fortea que lidera el rechazo.
El Sindicato de Riegos de Sueca tiene en la actualidad derecho, según el plan hidrológico, a 15.365 litros por segundo, el sindicato de Cullera a 7.234 y la acequia de Cuatro Pueblos a 2.312, que consideran intocables.

Compensación económica
Además, los usuarios tradicionales entienden que el cambio de caudales no les conviene en absoluto e incluso temen que la cesión de agua -por la que recibirían una compensación económica, según el plan del Consell- pueda interpretarse como una venta de sus derechos y que, en consecuencia, sus reivindicaciones queden deslegitimadas como les ha ocurrido a los regantes del Vinalopó al conocerse que mientras reclaman agua de calidad del Xúquer venden la que extraen de los acuíferos de la zona de Villena a multinacionales como Danone.  Carlos Alós.  Leer noticia completa en Levante-EMV