En el año 2006, el Ayuntamiento de Alzira convocó un concurso de ideas para el diseño del Auditorio y Palacio de Congresos que se iba a construir en Tulell. Este edificio, iba a tener una capacidad entre 450 y 500 espectadores con un escenario de 300 metros cuadrados que albergaría todo tipo de actos socioculturales. Esta construcción iba a ser un referente que se caracterizaría por una arquitectura original.
En este sentido, la alcaldesa Elena Bastidas manifestó que: “con este paso se pone en marcha uno de los proyectos más grandes e ilusionantes de Alzira”. También matizó que “el proceso para elegir el diseño sería participativo, el jurado elegiría tres finalistas y la ciudadanía podría dar su opinión, que sería tenida en cuenta a la hora de elegir el proyecto ganador”.
Para el diseño del edificio, el Ayuntamiento convocó un concurso de ideas abierto a todos los equipos de arquitectos interesados, de ellos se elegirían tres proyectos que tendrían un reconocimiento económico.
El edificio iba a ser emplazado en un solar de unos 17.000 metros cuadrados en los que se incluiría un amplio espacio público.
Los políticos tienen un verbo muy ligero para anunciar cosas y obras futuras. Para ellos todas las promesas son seguras sin pensar en contratiempos o que hay circunstancias que pueden echar para atrás sus proyectos. Todo es seguro y fiable, para un político no existen expresiones como: “si nada lo impide…”, “quizá…”, “es probable que…”, etc., etc. No, un político dicta las cosas como si fueran una sentencia.
Con el paso del tiempo, si las cosas no salen como ellos han pronosticado nunca salen a decir “me equivoqué”. En ese momento, solamente tienen una opción: que el ciudadano se olvide de sus promesas.
Afortunadamente existen las hemerotecas para recordar las cosas.