Miuras descafeinados en la primera de feria y sangre, sudor y gallardía en la segunda

Lunes, 24 de septiembre de 2012 | e6d.es
• El sábado faltó casta o genio, bravura o mansedumbre, ayer Damas entró en rectitud a matar y cortó su primera oreja en el nuevo escalafón
Primera de feria
Suavones. Dulces hasta empalagar. Nobles como los de cualquier divisa "comercial". Uno tras otro salieron los utreros de Miura con la estampa clásica de la casa pero con las fuerzas más que justas. No era lo que esperaba el público ni lo que esperaban los novilleros. Quizá en el fondo lo desearían, pero seguro que ni en sus mejores sueños les salía una de Miura tan pastueña como la de Algemesí.
Fue una novillada descafeinada y con sacarina. Faltó casta o genio, bravura o mansedumbre, que ni de lo primero ni de lo segundo hubo. Se dejaron pegar pases sin una mala mirada, sin una mala intención, pero también sin emplearse, sin un mínimo de clase en las embestidas. Todo a media altura, a medio viaje y derrotando en cada embroque.
Y quizá esa "toreabilidad" sosa sorprendió a Alberto Durán que, seguramente esperando otras complicaciones, no acabó de acoplarse con el que abría festejo. Al zamorano le faltó compromiso y le sobraron precauciones, y además no estuvo acertado con el estoque.
Mejor impresión dejó con el segundo de su lote, el animal más serio y cuajado del festejo, pero tan flojo como el resto del encierro. Pasaba más que embestía el de Zahariche. Le pegó pases por los dos pitones con cierta suavidad, sobresaliendo tres naturales tres ligados y templados. No hubo más.
Lo de Jesús Duque fue una lección de faenas bien medidas.  Leer noticia completa en elburladero.com

Segunda de feria
Si en la primera de feria nadie podía imaginar que la novillada de Miura saliese tan descafeinada, en la segunda del ciclo tampoco era de esperar que la de Javier Molina fuese tan complicada. Se cambiaron los roles, y la ganadería que se presuponía que iba a ser una joya para los novilleros acabó siendo una auténtica prenda. Del primero al último fueron saliendo animales mansos y peligrosos, sin emplearse, distraídos, inciertos... un auténtico examen final para dos chavales de escaso bagaje.
Gustó Cayetano García, que echó valor de verdad para quedarse quieto como un palo ante un astado que se paró en la faena de muleta y que protestaba sin cesar a base de cabezazos. Decisión, firmeza y toreo ajustado fueron sus armas para estar por encima de tan desaborido ejemplar. En las postrimerías de su quehacer se confió en la corta distancia y un seco derrote hizo carne en su muslo izquierdo impidiéndole continuar la lidia.
Por delante le quedaba una papeleta a Francisco Damas, que llegaba Algemesí para debutar con caballos ante lo que se intuía una novillada "amable". Nada más lejos de la realidad. Tras pasaportar al que había herido a su compañero se las vio con un burel que embestía con violencia, arrollando, que salía suelto y que amagó con rajarse en todo momento. El valenciano no se arredró e impidió que se marchase a tablas. Entró en rectitud a matar y cortó su primera oreja en el nuevo escalafón.
El tercero de la tarde acudía a los engaños de forma desigual. Lo mismo salía distraído que se quedaba parado eligiendo entre tela o cuerpo. Descuidó Damas su colocación en algún pasaje, y en uno de ellos el astado hizo por él cogiéndole de manera espectacular y dramática. Afortunadamente no hubo cornada y todo quedó en una tremenda paliza. El valenciano, visiblemente mermado, volvió para entrar a matar, aunque pasó un infierno porque el novillo le esperaba con la cara alta para no dejarle pasar.  Leer noticia completa en elburladero.com


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