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Nietos del matrimonio formado por Bernardo Primo y Lidia Navasquillo, que ocultaron el Santo Cáliz en su casa de Carlet entre 1937 y 1939 durante la Guerra Civil, participarán este domingo en la visita que la reliquia realizará a la localidad valenciana. La jornada, que presidirá el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, ha sido programada con motivo del Año Jubilar Eucarístico del Cáliz de la Misericordia.
Está previsto que varios nietos del matrimonio tomen parte en la misa que oficiará el Arzobispo, a las 18 horas, en la Plaça del Convent, y en la posterior procesión del Corpus Christi y del Santo Cáliz por las calles de Carlet, que estarán engalanadas.
La procesión “realizará una parada, como gesto de agradecimiento, cerca de la casa donde estuvo oculto el grial durante un año y medio”, según ha indicado hoy a la agencia AVAN el párroco de la localidad, José Ribes.
El Santo Cáliz llegará por la mañana a la Plaza Salvador Giner de Carlet, a las 9.30 horas, “desde donde será trasladado a la iglesia parroquial de la Asunción de Nuestra Señora, que acogerá una misa”, según el párroco, que ha añadido que durante la jornada “se celebrará el Jubileo de los niños, de los enfermos y los mayores, y de los jóvenes”.
“Fueron muy conscientes de la importancia de ocultar el Santo Cáliz”
Bernardo Primo y Lidia Navasquillo “fueron muy conscientes de lo que estaban haciendo al ocultar el Santo Cáliz, de la importancia que tenía y del peligro que corrían”, según ha indicado a la agencia AVAN Daniel Antonio Gómez Primo, uno de los seis nietos del matrimonio que viven en la actualidad, que además reside en la casa donde estuvo oculto el grial.
De ellos tiene recuerdos “más lejanos de mi abuelo y más cercanos de mi abuela, con la que convivimos, y que siempre contaba que pasó mucho miedo cuando ella y mi abuelo trasladaron el Cáliz desde Valencia, a pie y de noche, hasta Carlet”, ha apuntado Daniel A. Gómez. Además, ha remarcado que fue su madre la que conservó “todo tipo de fotos y recortes de prensa” sobre el ocultamiento del grial y sobre la visita que volvió a hacer la reliquia en 1964.
De hecho, en la casa “guardamos, junto a una placa conmemorativa, las piedras que cubrieron el hueco de la ventana donde se escondió el Santo Cáliz”, según el nieto, que ha asegurado que durante ese año y medio no hubo registros en el domicilio.
Curiosamente, sus abuelos fueron las dos únicas personas que sabían lo que estaba ocurriendo ya que “ni siquiera lo sabía mi tía abuela, que también era dueña de la casa” y, de hecho, “si mis abuelos hubieran muerto seguramente nadie habría encontrado la reliquia”.
El Santo Cáliz visitará el domingo Carlet por tercera vez en su historia, tras la estancia durante la contienda y su regreso, en noviembre de 1964, con motivo del 25 aniversario de su retorno a la Catedral. En aquella ocasión la reliquia “visitó la casa, el 15 de noviembre, y el lugar en el que estuvo escondido”, según Gómez.
Vigilia de oración y exposición en la parroquia
Con motivo de la visita del Santo Cáliz, la parroquia de la Asunción de Nuestra Señora acogerá una vigilia de oración, durante la noche previa, con exposición del Santísimo, así como la celebración del Sacramento de la Penitencia para obtener el Jubileo del Santo Cáliz, previsto para hoy, miércoles, a las 20 horas. Además, la Casa de Cultura proyectará este sábado, a las 20 horas, el documental “La ruta del Grial. La casa del Santo Cáliz”. Además, la parroquia ha organizado una exposición sobre la estancia del Santo Cáliz en Carlet que podrá ser visitada hasta el 18 de septiembre, en horario de 18 a 21 horas.
Permaneció oculto tras un tabique en una casa de Carlet
El 21 de julio de 1936, el canónigo de la Catedral de Valencia, Elías Olmos, “horas antes del asalto e incendio de la Seo, entregó el Santo Cáliz a María Sabina Suey, quien lo llevó a casa de su madre en la calle Avellanas y, meses después, a la calle Pelayo, donde fue escondido en casa del hermano de Sabina entre los muelles de un sofá, según explica la documentación que tenemos en la familia”, ha comentado el nieto.
“Ese mismo mes de enero de 1937 fue devuelto a la calle Avellanas, donde Bernardo Primo lo ocultó realizando una pequeña obra en la cocina” pero “por temor a nuevos registros y a los bombardeos, el 19 de junio lo trasladó, junto con su mujer, Lidia Navasquillo, de noche y a pie, en una caja de galletas dentro de una cesta, desde Valencia hasta su casa de Carlet, en la calle Padilla, hoy calle del Santo Cáliz”, ha precisado.
En la casa de Carlet “mi abuelo lo escondió en el piso superior, en el falso hueco de una ventana, dentro de la caja de galletas y rodeado de algodón, donde colocó tres bloques, se tapió y se pintaron las paredes”, según el nieto, que ha concluido que el 30 de marzo de 1939 el Santo Cáliz fue devuelto al Cabildo.
AVAN