La tasa de pobreza en España ha ido aumentando de forma progresiva. Jorge Nuño, secretario general de Cáritas España, advirtió que “las medidas de austeridad han fallado a la hora de solucionar los problemas y generar crecimiento".
Cáritas define a la población española como una de las más afectadas por la crisis económica, pues mientras la tasa de pobreza media entre países comunitarios fue del 25,1%, España registró un 28,2%, lo que se traduce en alrededor de 13 millones de personas en esta situación. Es notable un mayor empobrecimiento de los hogares con menos ingresos. La gente más vulnerable es la que está pagando las consecuencias de la crisis", destacó Nuño.
Para Cristobal Montoro, ministro de Hacienda, los datos del informe de Cáritas Europa no se ajustan a la realidad de un país "que está superando la crisis" porque sólo se basan en "mediciones estadísticas", y le pidió a esta organización que “no mienta ni provoque debates en este sentido”.
Voluntarios y voluntarias de Cáritas en Alzira
Las discrepancias forman parte del juego político, el ciudadano ya está acostumbrado. Nosotros hemos querido pulsar de cerca esta diferencia de opiniones, a través de la valoración de los voluntarios que están en contacto directo con personas en riesgo de pobreza, exclusión social o pobreza extrema. Nuestra ciudad, ¿es la Alzira del informe de Cáritas o es la Alzira de Montoro?
En el antiguo local de la iglesia de la Sagrada Familia, ubicado en la Avenida Padre Pompilio de Alzira, voluntarios y voluntarias de Cáritas atienden las necesidades más básicas de decenas de familias, sobre todo del barrio de l'Alquerieta. Hablamos con Isabel, Teresa y Susi, tres voluntarias de la parroquia que desarrollan una labor humanitaria por espontánea voluntad y no por obligación o deber en el ‘Almacén de bajos costos’ o ‘Economato’. Invierten tiempo y algún euro en combustible a cambio del cariño de la gente que necesita atención primaria. Por ahí, salen ganando.
Cáritas Alzira se diversifica en seis grupos que corresponden a seis parroquias que atienden a las familias necesitadas en lo que se denomina “atención primaria”. La directora es Teresa Zafont y todas las parroquias se reúnen con periodicidad para coordinarse.
La parroquia de la Sagrada Familia ayuda a familias necesitadas en atención primaria, hasta 30 familias pueden ser atendidas en un mes. Así mismo, gestiona un local destinado a ‘Almacén de bajos costos’, que es interparroquial y asiste a unas 90 familias cada mes de toda la ciudad.
Atención primaria y Economato
Puede haber cierto desconocimiento en los términos “atención primaria” y Economato. Se trata de los distintos niveles de atención que se ofrecen desde Cáritas. En primera instancia, una persona puede ser atendida en “atención primaria” sin necesidad de registrar sus datos: el ejemplo sería el de una persona que acude por primera vez en busca de ayuda para comer o vestir. En este caso se le proporciona ayuda inmediata, ya sea en forma de comida o de ropa. Isabel nos cuenta que esta forma de atención directa no se proporcionaba antes de la crisis, “hasta que llegó la crisis no repartíamos comida directamente. Pasaba todo por el Economato y el reparto de ropa”. Si esta persona necesita una ayuda periódica, pasará a otro nivel para el que tendrá que pasar un filtro, Teresa nos aclara este proceso, “a la gente que llega aquí les pedimos una documentación mínima pero indispensable (vida laboral, miembros de la familia, certificados de si reciben alguna prestación e informes del propio Ayuntamiento. Se atiende a quien acredita que lo necesita sin distinción de nacionalidad), evaluamos sus necesidades básicas y les atendemos o derivamos a los servicios sociales del Ayuntamiento, a otras parroquias o al Economato. Si es necesario, les entregamos comida y ropa”. Nos asegura que esto no siempre es fácil en algunos colectivos; Isabel nos confiesa que “lo cierto es que atendemos a pocos rumanos”, ya que “no suele gustarles llevar documentación y papeles. En su mayoría trabajan y viven en el campo. Cuando vienen es, sobre todo, a por ropa porque, en ocasiones, no tienen la posibilidad o la forma de lavarla”.
El siguiente escalón es el Economato, una forma de comercio a bajo coste que se abastece con las donaciones de dinero y la dotación económica que aporta el Ayuntamiento de Alzira cada año. Con esta cantidad se compran los productos que luego se venderán al 50% de su valor de mercado. “A las personas con una renta mínima se les deriva al economato”; estas familias “tienen un límite de productos que pueden comprar que depende en gran medida de lo grande que sea la unidad familiar, sobre todo, del número de hijos”, nos explica Isabel.
Así como los principales usuarios de la atención primaria son mayoritariamente gente extranjera, en el caso del Economato Isabel aclara que “la mayoría de los atendidos son familias españolas que han tenido una posición económica decente antes de la crisis. Cada día vienen más familias de aquí, que hasta conoces de toda la vida, incluso tus vecinos”. Gracias al Economato “no se sienten tan mal por tener que pedir ayuda, porque vienen y pagan los productos que se llevan”. De esta forma se evita la “vergüenza” de tener que recurrir a esta forma de caridad que, a raíz de la crisis, cada día atiende a más gente. Isabel deja claro que, a pesar del incremento del número de atenciones, “no es cierto que estemos desabastecidas, porque somos como ratitas, vamos cogiendo de aquí y de allá y guardando para emergencias. Pero cada día atendemos a más gente y toda ayuda es poca”, nos dice Isabel, que se entusiasma al hablar de las colectas de alimentos que hacen muchas organizaciones en Alzira.
Pobreza energética
Esta crisis, además, nos ha traído conceptos que hasta hace no mucho nos eran desconocidos. Uno de ellos es el de la pobreza energética. “A algunas familias les ayudamos a pagar los recibos, porque la alimentación no es el único problema”, sentencia Isabel. Un 10% de los hogares en España la sufre, es decir, son incapaces de pagar regularmente los recibos del agua o la luz.
Según Isabel, “nos consta que los servicios sociales están pagando las facturas de muchas familias, pero a veces, los protocolos entorpecen esta labor. Nosotras ayudamos a pagar los recibos a 20 familias”.
Empobrecimiento familiar
En algunos casos hay familias enteras que están viviendo de la pensión de la abuela o el abuelo, o del trabajo o pensión de hermanos o cuñados; “es el caso de muchas personas, sobre todo españolas, que se sienten avergonzadas por tener que acudir a la caridad y se refugian en la familia”. Esto se hace más común en un barrio como el de l'Alquerieta, donde vive una gran cantidad de gente mayor con toda su familia a cargo. Isabel nos asegura que “cuando su pensión no da para tanto, tienen que venir a pedir ayuda”. Según el informe de Cáritas, en España un 10'6% de este colectivo está bajo el umbral de la pobreza. Asistimos a otra de las consecuencias derivadas de la crisis, el empobrecimiento de la tercera edad, “a veces parece que no hay tanta necesidad, porque mucha gente no ha venido a pedir ayuda aún, no ha salido a flote, pero lo están pasando mal”, nos asegura Teresa.
Pobreza infantil
Uno de los datos más demoledores del informe de Cáritas Europa es el empobrecimiento infantil. Según esta ONG, en 2012 la tasa de pobreza infantil en España se situaba en un 29,9%. Tan solo por debajo de Rumanía.
En Alzira, Cáritas de la Sagrada Familia atiende a familias enteras, casi todas ellas con niños a su cargo. Cuando hay menores es más delicado, por lo que intentan no atenderlos directamente ni prestar servicio a su familia en su presencia, “es una cuestión de educación”, argumenta Isabel, que “un niño no puede crecer viendo que se puede vivir de la caridad, que puede hacer de eso su forma de vida porque si no, nunca podrá salir de la pobreza”. No obstante, hay quien no puede dejar a los niños en ningún sitio, sobre todo madres extranjeras sin ningún otro apoyo que el de estos centros. En estos casos, un voluntario/a se hace cargo del menor mientras su madre es atendida.
¿Recuperación?
El dato anterior se debe, en gran parte la precarización del mercado de trabajo y la exclusión del mismo de colectivos enteros. Una muestra de este fenómeno creciente es que, según el informe de Cáritas Europa, el 12% de los trabajadores viven por debajo del umbral de la pobreza. Tener trabajo hoy día no significa librarse de la crisis ni tener posibilidad de salir de ella. Al Economato llegan familias que tienen unos ingresos mínimos pero que no llegan a final de mes. “Las cosas suben y los sueldo no suben”, afirma Teresa. Dice creerse los datos de la recuperación económica en España, pero ve que “la gente que atendemos nosotras no está notando esa recuperación, ellos vivían bien durante el boom de la construcción, cobraban una nomina pequeña y las familias que atendíamos era mediante el Economato”. Nos explica Teresa que estas cifras se hacen más preocupantes cuando “muchos no tienen estudios ni recursos, no pueden emprender y no sabemos cómo podrán ganarse la vida”. Así, la pobreza se vuelve crónica y muchas familias quedan atrapadas en la exclusión social, esta es otra de las preocupantes conclusiones a las que llega el estudio de Cáritas; además, los poderes públicos condenan a todo este colectivo a la invisibilidad.
El comedor social a debate
Durante nuestra conversación con las voluntarias de Cáritas de Alzira surge el tema de “los políticos” y Teresa sale al paso inmediatamente, “la oposición no hace más que proponer cosas que ni sabe. Antes de proponer deberían venir aquí y ver cuáles son las necesidades de las personas a las que atendemos”. Isabel continúa, “hace tiempo que desde algún grupo de la oposición ha venido reclamando un albergue para transeúntes y, aunque los hay, muchos están de paso. Vienen a pedir un bocadillo o algo de ropa pero son atendidos, mayoritariamente, en la parroquia de Santa Catalina; quizás un comedor social sí sería necesario. Hace ya años que esta propuesta se habló, pero no se vio la necesidad. Eso fue antes de la crisis”. Teresa le interrumpe diciendo que para eso haría falta una mayor implicación del Ayuntamiento, “gente que prepare las comidas y que sirva, así vendría gente de fuera de Alzira. Queda muy bonito decirlo en un Pleno, pero es más complicado de lo que parece”. No conforme, Isabel le replica, “sí, pero hay que hablarlo, sería un gasto muy grande y un trabajo aún más grande; pero sería cuestión de hablarlo, porque la situación de hoy no es la de hace unos años cuando se habló antes de la crisis y ahora hay más necesidad”.
Atención global
Desde el inicio de la crisis, los perfiles de las personas atendidas por Cáritas han variado significativamente. Gran cantidad de personas de diferentes colectivos han pasado de estar al filo de la pobreza a zambullirse directamente en ella. Además, muchas personas que jamás imaginaron verse en esta tesitura se están incorporando a esta triste realidad. Pero en Cáritas no distinguen entre sexo, etnia u otro tipo de perfil; “a veces nos recriminan que solo atendemos a extranjeros cuando eso no es cierto, atendemos a todo el que lo necesita”, afirma Isabel con rotundidad.
Hayack
Ross Porta
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