Las campanas que el domingo dieron la bienvenida al nuevo párroco de Alberic pueden suponer también su primer gran problema. La medición que encargó el ayuntamiento a un organismo de control autorizado „que se presumía como definitiva para resolver las alegaciones presentadas por la Colla de Campaners en el expediente incoado por un exceso de ruido„ ha confirmado que el toque nocturno supera los niveles sonoros que regula la ley. En concreto, la legislación fija en 45 decibelios la emisión sonora máxima en horario nocturno y, en el caso de las campanas de la iglesia de Sant Llorenç, esta medición cifra en 68,2 decibelios el ruido de las campanas. Todo apunta que el ayuntamiento ordenará que se incorpore algún mecanismo que evite el toque nocturno para evitar molestias, aunque el edil no quiso ayer adelantar acontecimientos a la espera de una reunión con el nuevo párroco. P.F.  Leer noticia completa en Levante-EMV