En la sesión ordinaria del Pleno del Ayuntamiento de Alzira del 29 de junio de 2015, en el apartado de ‘Secretaría’, uno de los puntos a tratar era una moción del grupo político municipal del Partido Popular sobre la reprobación y la dimisión de Vicent Marzà, conseller d’Educació, Investigació, Cultura i Esport.
Por parte de Ciudadanos tomó la palabra Nuria Moratalla, quien señaló que las declaraciones de Marzá en Ràdio Terra donde, entre otras cosas, se muestra a favor de las tesis de los independentistas catalanes y aboga por el incumplimiento de la Constitución fueron realizadas antes de ser elegido conseller. Moratalla apuntó que Carolina Punset, portavoz en las Corts de Ciudadanos, pidió la comparecencia de Marzá para pedir explicaciones acerca de sus declaraciones, por lo tanto, hasta ese momento, su partido no puede pronunciarse al respecto.
Chelo Martínez, del Partido Popular, se mostró muy crítica con el conseller al que acusó de “intentar abrir diferencias o ‘guerras’ con sus declaraciones” y señaló tener la sensación de haber retrocedido 30 años atrás “cuando teníamos la guerra de las lenguas y las banderas”. Martínez remarcó que “los valencianos no tenemos ningún país que no sea España; vivimos en la Comunidad Valenciana; tenemos dos leguas reconocidas, el valenciano y el castellano; no somos catalanes, por mucho que se empeñen en adoctrinarnos, y que nuestra bandera es la senyera”.
Por parte del equipo de gobierno tomaron la palabra primero José Grau, que señaló que las declaraciones de Marzà fueron antes de ser conseller, “a nivel particular”. Por ello, mostró su disconformidad, ya que consideró que la petición de destitución no debería ser por unas declaraciones antes de ocupar un cargo, “si no por su gestión”.
Finalmente, Albert Furió lamentó que el Partido Popular, “en lugar de preocuparse por los alzireños, traten de abrir un debate sobre las obsesiones e histerias que tienen ustedes hacia los catalanes”. Calificando de “hipócrita” la postura del PP y se manifestó su conformidad al cuestionamiento de la Constitución, abogando por la diversidad de opiniones al respecto, “es legítimo querer una reforma”, recalcó Furió.  

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