a#lziramusical20121220
Mila Jiménez descansa un poco más aliviada después de que el juzgado paralizase el desahucio que iba a suponer que se quedara en la calle con sus dos hijas de 5 y 8 años.
El caso de esta mujer residente en Alzira no es uno más de los desalojos causados por la crisis, ya que en este caso los propietarios que han denunciado a Mila son sus exsuegros. La mujer, que actualmente se encuentra en paro, ha pedido seguir viviendo en Alzira ya que sus hijas se encuentran escolarizadas en un colegio de la ciudad y el cambio de residencia a estas alturas del curso supondría un trastorno para las menores.
«Sólo pido tiempo porque no tengo a nadie que viva aquí y quiero que las niñas acaben el curso. Y tiempo para buscar otro sitio donde vivir», ha solicitado Mila, que se trasladó a Alzira hace cinco años con su marido.
Los problemas comenzaron cuando se separó de su marido en abril de 2012, que tiene una orden de alejamiento de ella, según asegura la mujer. Ambos compartían esta casa, propiedad de sus suegros, pero ahora Mila vive sola con sus dos hijas menores que están ajenas a esta problemática y a la espera de la resolución judicial.
Una plataforma ciudadana tenía previsto acudir a apoyar a Mila en la mañana de ayer cuando estaba previsto el desalojo. También a través de las redes sociales se había creado un movimiento a favor de esta madre. A. Talavera.
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