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Un acusado de intentar robar y quemar un establecimiento de joyería hace un año en la localidad valenciana de Algemesí ha asegurado este martes durante la vista celebrada en la Audiencia Provincial que el día de los hechos había recibido un burofax de una entidad bancaria avisando de un embargo y se le "nubló todo". Durante el incendio, el empleado de la tienda resultó herido con quemaduras de segundo grado en las manos. Juan Marcos M. ha reconocido que entró en el local "a ver si me podían ayudar de alguna manera", donde se le cayó encima del mostrador una garrafa de agua que llevaba --con gasolina-- y encendió el mechero que tenía aunque con la intención de prenderse fuego a él mismo. El acusado ha negado haber planificado con anterioridad su acción y ha incidido en que lo que pensaba era "pegarse fuego" si no podía hacer nada para aliviar su situación. El fiscal reclama 19 años de cárcel para el acusado, tres de ellos por intento de robo con violencia; 14 por incendio y dos lesiones, aunque alternativamente, en el caso de que se considere que ha existido imprudencia y no intencionalidad, reclama la misma condena para el primero de los delitos, ocho años por el incendio y seis meses por las lesiones.
La acusación particular, por su parte, rechaza que hubiera imprudencia mientras que la defensa pide que se tenga en cuenta como atenuante muy cualificada la politoxicomanía de su cliente y la disminución de los efectos del delito y que se contemplen las alternativas de imprudencia en las lesiones y daños.
Según el relato fiscal, los hechos sucedieron sobre las 17.15 horas del 28 de enero de 2013 cuando el acusado se dirigió a un establecimiento de joyería de Algemesí, con el rostro cubierto con gafas, gorra y peluca, y en el interior, en la ventanilla de atención a los clientes, le dijo al empleado: "Me van a desahuciar, o me das todo el dinero o te prendo fuego".
Mientras, arrojaba la gasolina que llevaba en una botella y prendía fuego a la ventanilla, lo que provocó que se propagaran las llamas y que no pudiera realizar sus fines. El empleado, sufrió unas quemaduras en las manos y precisó de ingreso hospitalario para estabilizarle en su función respiratoria.
Sin embargo, según la versión del acusado, cuando llegó el burofax del banco diciendo que iban a embargar la casa donde vivía con su madre, se tomó metadona y pastillas y entró al local "para ver si me podían ayudar de alguna manera". Juan Marcos ha aportado al procedimiento tres cartas en las que comunicaba que había decidido realizar algo grave, que ha concretado en su intención de quitarse la vida.
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