El pasado viernes el círculo local había puesto en marcha un proceso para revocar a Ferran Arroyo, su hasta ahora secretario general, que con su dimisión, comunicada por whatsapp, evita la asamblea extraordinaria convocada para el próximo viernes, en la que iba a debatirse su destitución y en la que hubiera tenido la oportunidad de defender sus posiciones. Contra Arroyo un grupo de militantes y miembros del Consejo Ciudadano habían iniciado este  proceso revocatorio por diferentes motivos. Miembros del Consejo Ciudadano señalaron “el carácter autoritario, el secuestro de la democracia, la falta de respeto a muchos compañeros y la toma unilateral de decisiones” como razones que justificaban la puesta en marcha del proceso revocatorio. “No pedía autorización a la asamblea para tomar decisiones, ni daba después explicaciones; ni siquiera al consejo ciudadano”.
Por otra parte, una treintena de militantes ha remitido a la Comisión de Garantías Democráticas un pliego de cargos para poner en conocimiento de este órgano los supuestos incumplimientos de los estatutos por parte de Arroyo, para que el partido a nivel nacional decida si son merecedoras de algún tipo de infracción o sanción.
Desde el consejo ciudadano, los cuatro miembros impulsores de la revocación del secretario general señalaron: “Hemos hecho lo que formal y éticamente consideramos correcto, para devolver el poder a la ciudadanía a través de un nuevo proceso organizativo que impulse el cambio hacia un modelo de democracia, transparencia y participación”.