¿Por qué Alzira adelanta la celebración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer?
Sábado, 25 de noviembre de 2017 | e6d.es
• Resultaría contradictorio que un novio acudiera a su boda un día antes o que el familiar de un difunto asistiera al funeral con 24 horas de antelación
Cada amanecer es un regalo, por ese motivo deberíamos celebrarlo cada día. No obstante, hay otras fechas señaladas durante todo el año que sirven para recordar o conmemorar hechos, acontecimientos, efemérides, reivindicaciones… Las mismas tienen asignado un día específico que servirá para manifestar de la manera que sea el acontecimiento o evento. Es una manera de poner cierto orden, de unificar criterios.
La mayoría de miembros de la corporación municipal del Ayuntamiento de Alzira celebraron ayer el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, así lo publicamos en una nota de prensa. En la misma, aparte de no citarse en todo el texto la fecha del 25 de noviembre, no detalla en ningún momento por qué motivo se ha adelantado la celebración un día.
Es incongruente que la conmemoración citada se celebre el día 24 cuando debería haberse celebrado hoy, 25 de noviembre. Cabe preguntarse cuál es la razón, visto que no se da dado ninguna explicación pública; o bien han confundido la fecha, o bien por la incomodidad de emplear parte del fin de semana con una cita establecida como esta.
Resultaría contradictorio que un novio acudiera a su boda un día antes o que el familiar de un difunto asistiera al funeral con 24 horas de antelación. ¿No resulta también contradictorio que una fecha que recuerda públicamente un hecho tan importante se celebre un día antes?
En otro orden de cosas, un comentarista habitual crítica y se pregunta lo siguiente: “¿Para cuándo un acto de estos con TODOS en la puerta del Ayuntamiento? Es decir, no los políticos delante del Ayuntamiento y el populacho apartado a unos metros. TODOS juntos en la misma foto”.
Resulta difícil explicar esa “distancia”, esa “diferencia” entre unos servidores públicos y los ciudadanos. Seguramente la explicación sea que “siempre ha sido así” y no haya más coherencia que aclare esa estratificación social. Seguiremos viéndolos en las primeras filas de los teatros, en los palcos y distantes del ciudadano. Resignación.
La necesidad de celebrar es propia o conforme a la naturaleza del ser humano. Vamos a ver si algún día celebramos ese acercamiento al pueblo similar al de la vueltecita habitual por los mercados repartiendo abrazos y besos 15 días antes de elecciones; vamos a ver si también celebramos las cosas cuando tocan. ¿O será pedir demasiado?
Ramón Alfil