Son muchas las sombras que se han generado en la oposición para la provisión de dos plazas de inspector en el Ayuntamiento de Algemesí desde su inicio; una de ellas fue convocada por promoción interna y, la otra, por turno libre.
La primera de las sombras es el nombramiento del tribunal evaluador: ha cambiado en poco más de un mes en 5 ocasiones. A través de varios decretos de alcaldía, la alcaldesa revoca y nombra nuevos cargos hasta conformar un tribunal que durante todo el proceso no ha dejado de ser cambiante.
Ante todos estos cambios, el concejal de Personal y Seguridad Ciudadana, Asensio García, se justificó en el pleno de ayer jueves alegando que responden a una búsqueda de total imparcialidad en los componentes del tribunal. Estas lamentables afirmaciones dejan en entredicho la profesionalidad y valía de los miembros de los tribunales cambiados. Queda en evidencia el perfil poco ético tanto del concejal como de la alcaldía que ha firmado estos cambios.
Precisamente uno de los cambios que más llama la atención es la exclusión del Jefe de la Policía Local de Algemesí. Recordemos que el Tribunal Superior de Justicia falló hace unas semanas validando la oposición del Jefe de la Policía, recurrida por Antonio Collado, persona de “máxima confianza” de la alcaldesa de Algemesí. También han sido varias las manifestaciones públicas por parte de Trenzano cuestionando el modelo policial llevado a cabo hasta el momento, lo que nos lleva a pensar que esa exclusión va mucho más allá de lo alegado en el decreto de alcaldía.
Pero, lo que llama poderosamente la atención es que el 10 de junio de 2016, la alcaldesa de Algemesí, también mediante decreto de alcaldía, le retire las competencias al actual inspector interino Guillermo Requena, y lo integre de forma totalmente arbitraria y saltándose al Jefe de la Policía, en uno de los turnos. Una humillación en toda regla para cualquier inspector de Policía de reconocida trayectoria. Tal vez, con este decreto lo que se pretendía era que dicho inspector renunciase a presentarse a las pruebas que se celebrarían tan sólo seis días después, en vistas al nuevo “panorama” laboral que le esperaba si conseguía la plaza en propiedad.
Pero, para desgracia de la alcaldesa y del concejal de Seguridad, no fue así. El inspector se presentó y superó las primeras pruebas. Hasta llegar a la entrevista personal, que estrenó nuevo miembro evaluador. Fue aquí donde suspendió. Casualmente, uno de los decretos de alcaldía para cambiar a la persona encargada de evaluar la entrevista personal se publica justo después de conocerse los resultados de las pruebas psicotécnicas, que superó a la perfección, y justo antes de la fase subjetiva de la entrevista personal.
Desde el Partido Popular estamos muy atentos a todo el proceso y recogiendo toda la información necesaria en los distintos departamentos para ponerla en conocimiento de la Justicia por si las cosas no se hubiesen hecho con la transparencia y honestidad que una oposición de empleo público requiere.
Inestabilidad y mal servicio
Lo peor de todo es que fruto de las intromisiones de la alcaldesa y del concejal de Seguridad, Asensio García, se ha generado en la Policía Local una situación de inestabilidad que preocupa, y mucho. El desgobierno y los cambios introducidos están produciendo una merma de agentes en los turnos de tarde, hay días en los que sólo ha patrullado un coche con dos agentes –para una población de 28.000 habitantes-  y las quejas de los vecinos por la escasa presencia policial son repetidas.
También hemos podido comprobar que tampoco se cuenta con los responsables de la Jefatura para la toma de decisiones en materia de seguridad o de reordenación del tráfico, y es que tanto la alcaldesa como el concejal están traspasando unas líneas rojas que les van a traer algún que otro problema judicial.