Sueca ha celebrado la tradicional festividad de los “Benissants de la Pedra”

La comitiva estuvo encabezada, entre otros, por los mayorales y diez niños que han recibido la primera comunión durante el último año

Centenares de personas, procedentes de distintos puntos como El Perelló, Les Palmeres, Mareny de Barraquetes y Sueca, participaron, ayer por la tarde en la tradicional romería a la “Muntanyeta dels Sants”.
Los romeros salieron desde la parroquia de Nuestra Señora del Carmen y peregrinaron en carretas, caballos, autobuses o a pie, hasta la ermita ubicada a 4 kilómetros de núcleo urbano de Sueca, en pleno paraje de l'Albufera.
La comitiva estuvo encabezada, entre otros, por los mayorales y diez niños que han recibido la primera comunión durante el último año: Luis Marqués Domingo; Joan Daniel máñez Marqués; Dimas Vicente Vázquez Moreno; José Peñalba Roda; Alan Ballester March; Marc Sales Mesenquer; José Pascual Fos García; José Piera Palacios; Joan González  Mesenguer y Josep Enric Sendra Serra.
A continuación, con algo de retraso sobre la hora prevista, se celebró la misa de campaña en honor a los Benissants, presidida por el Arzobispo de Valencia, Carlos Osoro, con motivo del 400 aniversario de la construcción de la ermita.
En la misa estuvieron presentes las autoridades locales encabezadas por el alcalde de Sueca, Salvador Campillo; el concejal de fiestas, Dimas Vázquez; el diputado de Compromis-Equo, Joan Baldovi y las diferentes agrupaciones como la Reial Associació de la Mare de Déu de Sales; las reinas de las fiestas; los Mayorales de este año;  la Començadoreta y Llauradoretes de la Mare de Déu de Sales.
Posteriormente se procedió a la bendición de los campos de arroz y, para conlcuir, las imágenes de los santos fueron llevadas de nuevo hasta la localidad donde serán expuestas durante nueve días en la parroquia de San Pedro.
La construcción de la ermita comenzó hace 400 años, en 1605, y se prolongó durante ocho años. Fue promovida y sufragada con las limosnas de los labradores de Sueca que se encomendaban a San Abdón y San Senén para que ellos protegieran sus cosechas de granizo.