El pasado 6 de diciembre transcurrió sin pena ni gloria en Alzira el Día de la Constitución. Ni hubo ni actos ni homenajes. Ninguna nota de prensa con alguna declaración institucional. Ni tan siquiera se deslizó ningún comentario a través de las redes sociales por parte del equipo de gobierno de Alzira. La Constitución Española -la de todos- es el marco de derechos y obligaciones del que nos hemos dotado los españoles para ordenar la convivencia y vivir en libertad.
Entiendo que en la actualidad, tras prestar la Carta Magna un impagable servicio desde 1978, las distintas fuerzas políticas deberían trabajar en su reforma para preparar una modernización consensuada. Aun así no podemos obviar ni ningunear el día 6 de diciembre, jornada conmemorativa y festiva por su gran significado para España.
En esta legislatura, en el Ayuntamiento de Alzira, hemos visto por parte del tripartito formado por Compromís, el PSPV y EU, desde rendir homenaje en el 85º aniversario de la Segunda República a un brigadista, a ver cómo se incluye a Alzira en una Red de Ciudades Valencianas de la Fundación Ramón Llull, donde de todos es conocido que se defiende la cultura y lengua catalana. Es decir, podría llegar a entender la nula intención de conmemorar de alguna forma el Día de la Constitución, si esa fuese la forma de proceder habitual del tripartito, pero como venimos observando no es así, existen actos o propuestas partidistas por parte de los representantes de Compromís, PSOE e Izquierda Unida que dejan bien claro que gobiernan para ellos y no para todos.
Con esta forma de actuar, la coalición que gobierna el Ayuntamiento de Alzira ha ignorado el día en que se celebra que, por encima de cualquier desavenencia, en 1978 trabajaron juntos personas de diferentes pensamientos políticos como Miguel Herrero, José Pedro Pérez-Llorca y Gabriel Cisneros (UCD); Manuel Fraga (AP); Miquel Roca (CDC); Gregorio Peces-Barba (PSOE) y Jordi Solé Tura (PCE-PSUC), los llamados padres de la Constitución, y lo hicieron para que fuese más importante lo que nos une que lo que nos separa a todos los españoles. Por encima de esto, políticamente no debe existir nada.