«Somos pocos los occidentales que vivimos aquí. La gente nos para por la calle e incluso nos invita en los bares. El choque cultural ha sido brutal. Y no lo han sido menos las experiencias entre fogones». El que habla es Pau Montagudo, cocinero de Antella de 31 años de edad, que a finales de agosto se trasladó hasta la prefectura de Wenzhóu (China) para formar a una plantilla de restauradores locales y trabajar como jefe de cocina en el restaurante Olà. El establecimiento fue inaugurado el pasado domingo 13 de octubre y destaca por su fusión entre las cocinas asiática y mediterránea. «Hicimos una primera velada para 100 personas y en los días que llevamos abiertos nos han visitado varias personalidades de la región. Estamos llenando la sala todas las noches. Estoy impresionando con el éxito registrado», cuenta.
Uno de los principales atractivos del local es la extensa carta de cien platos que Montagudo ha preparado junto a Ha Shan, su segundo en la cocina y especialista en cocina cantonesa. El «arràs a banda» y la «paella» se entremezclan con «el arroz cantonés con oreja de mar», sopas de gustos exóticos o pescados frescos condimentados con soja. «Cenar en un restaurante en China es un acto social que puede durar más de tres horas. Lo normal es pedir varios platos e ir compartiendo. Los arroces especialmente el de bogavante son de los más demandado. También hemos querido innovar dentro de la oferta culinaria de Wenzhóu e incluir una carta de tapas donde la tortilla de patatas o el jamón no faltan», relata.
Prueba en Valencia
La experiencia asiática del chef nacido en Antella comenzó a gestarse en marzo de este año. Li Jian, un empresario chino que posee establecimientos en España, visitó la Masía de la Calzada, el restaurante en el que trabajaba Montagudo en Carcaixent, para degustar in situ su cocina, ya que había recibido referencias muy positivas de un conocido común. Tras un primer encuentro, Jian decidió probar al cocinero valenciano en Vo, su restaurante asiático ubicado en Valencia. «Me comentó que había más candidatos y yo adapté la carta que tenía a una fusión entre las dos culturas gastronómicas. Le gustó la idea y me hizo una oferta muy tentadora. Tuve que pensarlo durante varios días. Tenía mi vida hecha allí, pero decidí dar el paso y me fui. Ahora estoy en China», narra.
Montagudo lleva en tierras asiáticas desde el 14 pasado de agosto. Mientras el restaurante Olà tomaba forma cuando llegó los obreros aún estaban trabajando en el local ha tenido tiempo para viajar a Hong Kong, seleccionar a los 16 miembros de su plantilla y adaptarse a un nuevo estilo de vida. «Todo es muy distinto. Por ejemplo, tienen una concepción del trabajo muy diferente a la occidental, ya que hacen más horas pero son menos eficientes. Sólo hay uno que se salta el guión y es el más espabilado. A él es al que estoy enseñando a hacer paellas».
Leer noticia completa en levante-emv.com