Alrededor de las 17:30 horas la policía local de Alzira ha recibido el aviso de que un hombre se encontraba subido en lo alto de una torre de luz, de unos 25 metros de altura, en la zona deportiva de Tulell.
La policía ha contado a El Seis Doble que en el momento en que un vecino ha alertado del suceso al 112 el individuo estaba dando gritos porque, al parecer, tenía vértigo.
Inmediatamente, hasta ese lugar se han desplazado policía local, policía nacional, tres dotaciones de bomberos del parque de Alzira y una dotación de soporte vital con dos técnicos y dos sanitarios.
Los bomberos han tenido que romper la cadena que cerraba la puerta de acceso al recinto donde se encontraba la torre de luz. Acto seguido, un miembro de este cuerpo ha comenzado a trepar por la torre para, una vez en lo alto, intentar convencer al hombre de que desistiese de su pretensión y accediese a recibir ayuda para poder ser bajado.
El hombre, de nacionalidad rumana, y de unos 35 años de edad, ha accedido finalmente a colocarse el arnés de seguridad que portaba el bombero para ayudarle a bajar, aunque en un último momento ha pedido ser bajado por el brazo articulado de otra dotación de bomberos que se había desplazado hasta el lugar.
A pesar de los gritos iniciales mostraba una actitud de tranquilidad; es más, según uno de los bomberos consultados, estaba bebiendo whisky, lo que preocupaba a las fuerzas de seguridad por si su estado de embriaguez hacía peligrar más, si cabe, su integridad, al estar encaramado en lo alto de la torre.
Una vez bajo, la policía nacional ha procedido a su identificación. Fuentes consultadas han contado a El Seis Doble que el argumento que ha dado como razón para subirse a lo alto de la torre ha sido el sentirse engañado, ya que ha viajado de Rumanía a España con la promesa de ser contratado para la campaña de recolección de la naranja, lo que finalmente ha resultado ser una estafa; el malestar por la situación creada es lo que al parecer le ha llevado a tomar esa actitud.
Antes de ser bajado se ha sacado del bolsillo un papel, lo ha hecho mil pedazos y lo ha lanzado al viento. Una vez bajo, el bombero encargado de atenderlo ha confirmado a nuestro diario que el papel roto era el contrato falso de trabajo.
El médico desplazado hasta la zona de Tulell ha descartado que tenga que ser ingresado, aunque debido a el estado de embriaguez, y por la situación que ha creado, sí consideraba conveniente el que fuese atendido por el departamento de salud mental.
Salva Roses