Un guardia civil del cuartel de Almussafes logró salvar la vida a un hombre de 40 años, acuciado por las deudas, que se había atrincherado en un bar de Benifaió armado con dos cuchillos y que llegó a infligirse heridas muy graves hasta que el agente consiguió desarmarlo tras una pelea cuerpo a cuerpo en el almacén del establecimiento.
Los hechos sucedieron el pasado día 18, pasadas las 15.00 horas, después de que el hombre, de nacionalidad rumana y con problemas económicos, se colara en un bar de la calle Almussafes de Benifaió. Antes de que las dos chicas que regentan el local pudieran impedirlo, se metió en la cocina, cogió dos grandes cuchillos y se encerró en el almacén.
Las responsables del negocio alertaron al 112, que envió varias patrullas al bar, ante el que se congregaron numerosos vecinos y curiosos. Dos de los agentes entraron por una puerta posterior -el establecimiento da a dos calles- y trataron de tranquilizar al hombre. Al ver que no atendía a razones, uno de ellos salió a la calle para pedir una ambulancia y la presencia de un negociador desde el coche patrulla, mientras el otro se quedó dentro, intentando convencer al presunto suicida, que iba con el torso desnudo, de que depusiera su actitud. El hombre, fuera de sí, no dejaba de amenazarse con las armas. En un momento determinado, asustado al escuchar ruidos en el local, se hundió los dos cuchillos, uno en el tórax, muy cerca del corazón, y el otro en el abdomen, donde llegó a producirse una evisceración parcial. Al verlo, el guardia civil no se lo pensó dos veces: saltó por encima del fregadero y, a través del ventanuco por el que había intentado dialogar con el hombre, accedió al reducido espacio interior. Teresa Domínguez.
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