En Sollana, un hombre intenta matar a cuchilladas a su expareja delante de dos niñas

Sábado, 9 de agosto de 2014 | e6d.es
• Un vecino desarmó y redujo al agresor después de que las menores llamaran a varias puertas del edificio para pedir auxilio



Un hombre de unos 50 años intentó matar a su expareja delante de dos niñas de ocho años, una de ellas hija de la víctima, tras asestarle una decena de cuchilladas en el cuello, la espalda y otras partes de su cuerpo en una vivienda de Sollana. La valiente y rápida actuación de un vecino salvó la vida de la mujer al abalanzarse sobre el agresor, desarmarlo e inmovilizarlo en el suelo.
Los hechos ocurrieron sobre las 13 horas cuando las dos menores estaban jugando en una habitación de la casa. El apuñalamiento tuvo lugar en la cocina, pero los gritos de la víctima alertaron a las niñas, que salieron para ver lo que ocurría. La escena fue dramática. Las pequeñas vieron cómo el hombre acuchillaba a Stephanie B. M., que estaba en el suelo e intentaba zafarse de su agresor.
Una de las menores cogió de la mano a la otra y fueron a pedir auxilio a los vecinos del edificio. «Estaban muy asustadas, pero han demostrado que son unas niñas muy valientes», explica Juan V., tío de una de las pequeñas. «Llamaron a las puertas y pidieron socorro, que era lo único que podían hacer», añade el vecino de Sollana.
«¡Están matando a mi madre! ¡Están matando a mi madre!», repetía entre sollozos la hija de la víctima. Las angustiosas palabras ablandaron el corazón de un vecino que reside en la cuarta planta del edificio. El fornido hombre acudió en auxilio de la mujer y entró con rapidez en la casa. Las niñas habían dejado la puerta entreabierta y eso salvó la vida, seguramente, de Stephanie. El vecino se lanzó sobre el agresor y lo desarmó en un abrir y cerrar de ojos. Luego lo inmovilizó en el suelo y esperó a que llegaran los agentes de la Guardia Civil y la Policía Local de Sollana. Fueron momentos de gran tensión y nerviosismo en los que se temieron por la vida de la mujer, que tenía el cuerpo ensangrentado.
La avenida Corts Valencianes se llenó de coches patrulla en pocos minutos. Los primeros que llegaron a la vivienda fueron el cabo de la Guardia Civil de Sollana, el jefe de la Policía Local y un agente. Los tres se quedaron perplejos cuando vieron que el vecino tenía controlada la situación. El autor del apuñalamiento estaba reducido en el suelo, y la ambulancia se encontraba de camino.
Tras esposar al agresor, los agentes le leyeron sus derechos y lo trasladaron a un calabozo. «¡Las tengo que matar!», gritó el individuo -antes de que lo introdujeran en el coche patrulla-, refiriéndose a su mujer y a su hijastra, según un testigo.  J. Martínez/A. Talavera. Leer noticia completa y ver hilo de debate en lasprovincias.es.